30- Manten la cabeza fria.

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Baje al primer piso de la casa, todo estaba tranquilo pero había un aroma peculiar olía a chocolate caliente y galletas, apenas eran los ocho de la mañana, al estar ya en la sala no había nadie, solo soledad, una cosa enorme y solitaria pero llena de arreglos de navidad, botas rojas de navidad colgadas arriba la chimenea blanca que estaba ahí, los sillos blancos y una mesa de cristal con una foto de la familia Gallagher, no estaba su mamá solo eran ellos cuatro sonriendo, pero mi sorpresa no había visto ninguna foto de la señora Claudia Gallagher eso se me hizo raro.

Miraba detalladamente cada rincón de k casa, estaba con mi pijama completa, un pantalón negro con una camisa blanca larga, mis pantuflas blancas, mi cabello despeinado.

―Es hermosa y grande ¿verdad?―dijo una voz detrás de mi. Gire aver quien era y ahí estaba Aidan con su pijama de color azul cielo.

―Si, es hermosa, perdón buenos días―salude y el sonrió.

Camino hasta un sillón donde se sentó, dejo su celular aun lado de el mientras agarraba el control de la tele, la prendió buscando las caricaturas.

Me senté en otro sofá. En la televisión estaba pasando Tom y Jerry, Aidan sonreía con cada escena graciosa de la caricatura.

Desvíe mi mirada hacia todos lados, no había nadie solo estábamos los dos, donde estaba Agni, Aldair, Masón y Rob, ¿donde están?. Aidan se dio cuenta de mi reacción.

―Aldair, Masón, fueron a la empresa de acá, a buscar a tu amigonovio―bromeo Aidan.

¿Fueron a buscar registro de Tayler?.

―Mi papá y Aldair, fueron se compras para la familia―dijo sin mirarme y ponerle más atención la televisión.

―Oh, esta bien―dije.

Ya no respondió solo siguió mirando la televisión, valla que Aidan sabía olvidar las cosas que pasamos hace días atrás en un departamento desconocido en la Universidad.

Mire mi celular no había ningún mensaje de Agni, solo tenia la hora, pero algo que que ese hizo más raro fue no recibir ningún mensaje de Libia cuando le deje la carta de despedida.

Mis pensamientos invadieron mi mente haciendo que hiciera más preguntas y menos respuestas.

Unas voces se escucharon, entre ellas risas y mas voces, pero algo de mi, me impedía mirar hacia la dirección de esas voces, hasta que Aidan paso unas de sus manos por mi rostro, fueron dos veces, y reaccione.

Lo mire y el hundí sus cejas.

Desvíe mi mirada hacia la entrada donde ahí estaban, Aldair y Robz detrás de ellos Agni y Masón quienes venían hablando, las risas eran de Aldair y Rob quienes traían cuatro bolsas de ropa en sus manos.

Caminaron hasta nosotros donde tomaron asiento.

―Buenos días Dione, como estas―pregunto Rob, dejando las bolsas en el suelo.

―Bien gracias, y usted―sonreí.

―Bien, ya hablamos que no me digas Usted, dime Rob―dice mientras mira la televisión.

Agni, Masón llegaron hasta nosotros dónde ambos se sentaron juntos, dejándome ami aun lado, eso me hizo dudar, Agni se veía normal como si nada de lo que me dijo ayer valiera la pena.

―¿compraron algo o que nos trajeron?―Aidan dice mientras miraba asu papá e hermano.

―Compramos para todos incluyendo a Dione, suéteres de Navidad―Aldair saco los suéteres de la bolsas.

Aldair repartió los suéteres a cada uno de nosotros, Masón lo tomo con mucho amor lo miro de arriba abajo, el suerte era de color rojo con verdes, casi todos eran iguales solo cambiaban las figuras.

En el turno de Agni este lo tomo con gentileza, miro a Aldair quien este tenía una sonrisa en su rastro esperando con entusiasmo la respuesta de Agni.

―Es hermoso Aldair, gracias―dice Agni poniéndose el suéter.

Masón ya se lo había puesto, Aidan también y Rob, solo me faltaba ami, así que espere mi turno.

Aldair saco el último suerte color rojo con un reno, me lo dio pero antes de ponérmelo el hablo.

―Dione, aun que nos odiamos el primer día que nos conocimos, no se significa que me caes mal, aun que hablas mucho―soltó una sonrisa línea.

―Gracias, aldair―respondi con una sonrisa como el.

Me puse el suéter todos me miraban, me sentía un poco intimidada.

Una señora llegó con nosotros con chocolate caliente y galletas, las dejó en la mesita de cristal.

―Gracias Moni―agradeció Aldair.

Monica es una señora de una edad ya mayor, muy atentan y cariñosa con todos de la casa, hasta con los invitados que iban.

Cada uno romo su taza de chocolate mientras miraban la televisión. Mire de nuevo mi celular pero no había nada de notificaciones ni un mensaje nada.

―Iremos a la Universidad hoy, iremos por todas tus cosas Dione y aparte iremos por un amigo de nosotros que es confiable―comento Agni.

―Entonces iré hacer una llamada para que el yet este listo hoy―hablo Rob, parándose mientras sacaba su celular.

Mire a Agni quien este ya me estaba mirando, me hizo una seña para que subiera al cuarto. Me puse de pie dejando la taza en la mesa, camine hasta las escaleras donde subí una por una hasta llegar al pasillo caminar hasta el cuarto donde entre y cerré la puerta detrás de mi, camine hasta la maleta donde busque mi ropa para ponérmela. La puerta se abrió dejando ver Agni quien se estaba quitando el suerte lo dejó en la cama.

―A listate nos vamos ahora, iras por tus cosas y no quiero que hagas algo que llame la atención―me hablo.―Vas a ir tu sola atu departamento y si esta Libia no le dirás nada entendiste.

Solo lo escucho y no respondí.

―Dione, esto es vida o muerte―se dirigió hasta mi.―Quiero que mantengas tu cabeza fría, se que tienes miles de dudas y preguntas pero al estar allá no vas hacer nada, solo iras por tus cosas y ya.

―Entendí―dije.

Agni asintió para luego busca ropa cómoda para el y lo entendí, íbamos de nuevo a la Universidad donde nos teníamos que ver bien y normales.

Me puse mi ropa, tome mi celular mis audífonos y un suéter negro, mi cabello me lo amarre en una coleta alta.

Agni me estaba esperando, bajamos los dos de nuevo, nos estaban esperando todos menos Rob, este estaba viendo la televisión se veía tan cómodo.

―Nos vemos padre―aviso Agni.

―Nos vemos más tarde hijos mios―sonrió.

Salimos todos de la casa donde aquella camioneta negra, nos llevaría al yet, el día era hermoso la nieve y todo, teníamos que cruzar toda la ciudad se Ámsterdam para llegar al aeropuerto privado de los Gallagher.

Soltaba varios suspiros, cerré mis ojos.

Miraba la ciudad de Ámsterdam se veía, la nieve en sus árboles y calles, una árbol grande adornado con luces y esferas de colores, los niños jugando con la nieve, unos patinado en la nieve.

Una hora ya estábamos en el aeropuerto de los Gallagher, nos abrieron la puerta, bajamos todos. Agni me tomó de la mano para caminar enfrente de todos, los que estaban ahí nos saludaban y nosotros a ellos.

Al estar adentro caminamos hasta nuestros asientos, me senté en la ventana, Agni me miró y solo sonrió, mire ami alrededor no había nadie, los demás estaban ya subiendo.

Mire por la ventana, es unas horas estaría de nuevo en esa universidad y vería a Libia de nuevo.

Trio PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora