Capítulo 19

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"Pido perdón a todo el que hoy me vea, a todo aquel que hoy sea perjudicado por mis acciones, pero es el miedo mi mayor motor en este día y es el quien no me deja otra alternativa más que luchar hasta morir"




Los sonidos de los gritos de sus compañeras llamarla a lo lejos lograron ser la excusa necesaria para así separarse de él -Perdón.. Tengo que irme ahora, Emi- se disculpó aún con ese temblor en su voz al apartarse de su cuerpo para así regresar a los vestuarios, él intentó detenerle, pero por mucho que gritara y dijera algo, nada la haría cambiar de decisión y eso lo sabía perfectamente, no le importó dejar su corazón a un lado y aún sabiendo que probablemente ella se enfadaría demasiado agarró su teléfono para así llamar al hombre que se encontraba en las gradas junto a varios de sus amigos, el padre de ella debería saber que hacer en esa situación, ella no podía seguir jugando así

Había algo más por decir, algo más que ella deseaba decir por una vez y no pudo decirlo. Habría otras ocasiones para hablar, por la noche o al día siguiente y todos los días que vendrían, pero en ese momento ella debía volver a ese campo y aunque las lágrimas cayeran por sus ojos y el dolor inundara todo su cuerpo, ella se puso de pie y salió a aquel campo junto a su equipo para así enfrentar ese segundo tiempo

-¿Donde estuviste? Te dije que ibas a recibir masajes en el entretiempo-

-Perdón, estaba hablando con alguien- se disculpó con su capitana -Pero no te preocupes por mi, estoy bien-

Cruzó miradas con su madre por unos breves instantes antes de que esta bajara la mirada hacia la pierna de su hija, el suave color rojizo que comenzaba a presentarse desde su muslo hasta su rodilla era notable y fue algo que no pasó desapercibido para ella, y mucho menos para su equipo, pero antes de que alguien pudiera decir algo se tragó cada una de sus lagrimas junto a su dolor y se adentró en el campo donde pronto el público aclamó por las selecciones

No quería ver nada de lo ocurría fuera del campo, demasiados problemas estaba comenzando a tener gracias gracias a su equipo que tras decisión de la capitana no se le pasó ningún otro pase, Ayla no estaba logrando correr a la misma velocidad de antes y la mueca en su rostro solo demostraba el dolor y molestia que sentía -¡Ayla! ¡Pedí que te cambien ya, no podes seguir así, te vas a hacer bosta!- negó mordiéndose con fuerza el labio en tomar el ritmo necesario para correr, estaba siendo egoísta y lo sabía, siempre lo había sido, pero en esa ocasión era distinto, el dolor no solo venía desde su lesión, venía desde lo más profundo de su corazón al sentir el miedo de quedar fuera por siempre tras esa lesión que desde hace un buen tiempo le atormentaba, siempre había sentido miedo que ese pequeño dolor de rodilla que le molestaba desde hace poco más de un año fuera algo que le quitara la posibilidad de jugar ese deporte que tanta vida la daba y realmente lo lamentaba, lamentaba haber sido tan terca por primera vez en su vida -¡¡Todavía puedo aguantar!!-

Gritó para ser escuchada por su compañera que finalmente le entregó la pelota, pronto las jugadoras de la selección paraguaya comenzaron a alcanzarla, iba a perder la pelota, de su garganta salió un fuerte grito en cuanto se forzó a retomar su carrera habitual y pronto fue ella la que robó la pelota a su amiga mientras se dirigía hacia el arco- ¡¡ADELANTATE PAULA, YO TE ASISTO!!

-¡¡AYLA!!

El pase por el lado por la derecho fue todo lo que necesitó el equipo argentino para marcar el punto y destruir por completo la poca estabilidad que le quedaba en su cuerpo, sintió un fuerte desgarro y todo pareció detenerse por completo para ella cuando cayó al suelo, el dolor invadió por completo su cuerpo al punto de robarle un desgarrador grito que se vio opacado ante los gritos de aliento y emoción por el gol realizado por su compañera, ya no podía soportarlo más, torpemente intentaba ponerse en pie pero esto resultaba completamente imposible, lo intentaba una y otra vez, pero con cada intento terminaba nuevamente en suelo, se repetía a su misma que podía continuar, tenía la esperanza de poder lograrlo, pero ella sabía perfectamente que era su final y solo pudo confirmarlo en cuanto terminó rendida sobre el suelo en un mar de lagrimas 

No mucho después, sintió que varios jugadores aparecieron rápidamente a su lado para asistirla con rapidez, no quería ver la gravedad de la situación, demasiado tenía con el dolor y la fuerte sensación de quemarse que inundaba por completo su cuerpo, pero las cosas que oía lograron aterrarla aún más, sentía todas aquellas manos ajenas revisarle y ella solo podía llorar aferrándose al césped en un intento de soportar el dolor, eventualmente un par de brazos la cargaron y la colocaron encima de aquella fría camilla en la que se la llevaron del campo, el juego debía continuar y ella debía ser tratada con urgencia 

Intentaba negarse, pero su voz sonaba tan quebradiza que nadie era capaz de creer sus suplicas por continuar el juego, con esfuerzo logró incorporarse ligeramente en la camilla y al verlos a todos ellos juntos aproximarse con rapidez donde ella solo pudo negarse por la vergüenza, no quería, no quería que la vieran así tan débil y vulnerable, pero no había mucho que pudiera decir para lograr cambiar de opinión a las personas que le acompañaron hacia el pasillo donde tenían todo preparado para tratar a las jugadoras 

-¡Emi, deciles que estoy bien!- le suplicó al verlo entre la multitud, estaba destrozada y eso logró destruir el corazón del arquero, nunca creyó verla tan frágil -¡Deciles que estoy bien, yo aún puedo seguir!-

-No Ayla, no puedo hacer eso, ya no podes seguir..

-¡Papá!- gritó ella desesperada, todos la miraban con tristeza o lástima, no podían hacer nada para ayudarla a calmarse, pero Ayla no podía culparlos por ello -¡Deciles vos, a vos si te van a escuchar!- -cada palabra que salía de su boca parecía ser interrumpida por sus crecientes llantos -No puedo terminar así, no.. así- todo aquel sufrimiento acabó en cuanto sintió aquel pequeño pinchazo en su brazo, todo desapareció, incluyendo el dolor, y ella finalmente pudo descansar por un considerable tiempo 





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N/A: Como que me haría falta el número del psicólogo del Dibu ahora mismo 

MANÍA - Emiliano Martinez Fanfic [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora