Capítulo 6

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"Solo un corazón puede doler así"



El agua de la ducha caía sobre su cuerpo mientras trataba de borrar de su piel los recuerdos de la noche anterior. Salió en cuanto se sintió lista y cubrió su cuerpo con una de las toallas para ir a su habitación. Se tomó su tiempo para arreglarse, no saldría a ninguna parte ese día, así que se puso un pijama cómodo.

Caminó descalza por la casa hasta llegar a la cocina. Los suaves ruidos que oía a lo lejos indicaban que su papá ya estaba despierto y probablemente bajaría pronto. Preparó un par de cafés y los dejó junto a algunas cosas en la mesa para desayunar juntos.

-Buenos días- le saludó cuando el hombre llegó y sonrió de lado al recibir igualmente un saludo de su parte. Nunca pasaban mucho tiempo juntos, y cuando lograban coordinar sus horarios, la conversación se limitaba a sus respectivos trabajos, y como nadie más estaba involucrado, la conversación solía terminar rápidamente.

Su relación nunca fue mala, pero las cosas cambiaron después de que él se divorció de su madre. Ayla era apenas una niña cuando vio cómo su padre, enfocado en su carrera, comenzó a distanciarse. Él no supo adaptarse a las nuevas responsabilidades de ser padre soltero, ni pudo comprender las necesidades emocionales de su hija más allá de transmitirle su pasión por el fútbol.

Con el tiempo, el deporte se convirtió en el único puente entre ellos, pero también en una barrera que los separaba en su vida cotidiana. Aunque él siempre la amó profundamente, expresando su amor a través de la admiración y el apoyo a su carrera futbolística, Ayla anhelaba más que solo compartir el interés por el deporte.

Esta dinámica marcó profundamente sus vidas, uniéndolos en el amor por el fútbol pero alejándolos en la comprensión emocional y la cercanía cotidiana. A pesar de sentirse a veces como un extraño en la vida de su hija, su amor por ella era innegable, siempre viéndola como la princesa que llenaba su corazón, incluso si ella no podía entender completamente su forma de demostrarlo.

-Hice el desayuno para los dos- dijo la chica de tan solo veinte años, observándolo con su taza de café entre las manos.

-Gracias, Ayla, pero hoy no podré quedarme, cielo- respondió él, y al ver desaparecer poco a poco la sonrisa en el rostro de la joven, solo pudo suspirar.

-Bueno, supongo que podremos comer después juntos, ¿no?-

-Si me dan los tiempos, sí. Tengo mucho que cerrar antes de la Copa.-

Ella asintió, entendiendo a qué se refería su padre, y no lo demoró más. Llevó las cosas que había preparado para el desayuno a la cocina y, tras guardarlas, fue a su habitación a descansar. No hubo nada más que decir. Ella no quería lastimarse más y él no supo cómo excusarse para no herirla, aunque sabía que eso ya había ocurrido. Ambos simplemente siguieron sus caminos y continuaron sus días como si aquel momento jamás hubiese ocurrido.

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𝗜𝗻𝘀𝘁𝗮𝗴𝗿𝗮𝗺 𝗙𝗲𝗲𝗱

scaloniayla  

scaloniayla  

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♡ ❍ ➢ "Every night, baby, that's where I go. Just to watch it glow"
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emi_martinez26 y  688,004 personas más le dieron like a tu publicación

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número desconocido te mandó un mensaje

Hola linda, creo que no necesito presentación
A menos que le dieras tu número a alguien más anoche
¿Estás ocupada hoy?  Podríamos salir un rato si queres


Hola, hoy no creo poder
Será a la próxima, disculpa

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Emitió un suspiro de alivio al sentir las hábiles manos de la fisioterapeuta trabajando en su pierna, disipando la tensión acumulada por los intensos movimientos del entrenamiento. Aunque aquel día de descanso había hecho maravillas para relajar su cuerpo, decidió visitar a la fisioterapeuta del equipo para asegurarse de liberar por completo el estrés residual. Pasó un buen rato disfrutando de los masajes, sintiendo cómo los nudos musculares se deshacían bajo las manos expertas.

Cuando consideró que era suficiente, agradeció a la mujer y regresó a la cancha, donde varios jugadores ya estaban inmersos en el entrenamiento. Dejó caer su bolso en el suelo al alejarse un poco del resto y comenzó con sus calentamientos. Se sentía bien después de los masajes y sin demora se encontró jugando con una de las pelotas, corriendo tras ella en una parte del campo apartada del resto. Sin embargo, su tranquilidad fue interrumpida cuando ciertos jugadores se acercaron y le robaron el balón para alejarse corriendo. -¡¡Rodrigo!!-

-¡Vení  a buscarla si tanto la queres!- respondió este entre risas junto a sus compañeros y pronto la menor tomó carrera para así ir tras ellos

Su mal humor poco a poco se disipó y eventualmente se divirtió junto a ellos. Sin embargo, la diversión tomó un giro inesperado cuando uno de los jugadores decidió molestar a los arqueros que entrenaban aparte con su entrenador. El grupo de jugadores corrió hacia donde estaban los arqueros, lanzando las pelotas que alcanzaron en el trayecto hacia el arco. Ayla los siguió, deteniéndose algunos metros antes para observar cómo los arqueros se quejaban al recibir varios pelotazos.

-¿¿Qué hacen, pelotudos??- las quejas y gritos de los arqueros fueron recibidos con diversión por parte del grupo, que no dudó en echarle toda la culpa a la más pequeña. Ayla no pudo hacer más que defenderse inmediatamente con gritos e insultos hacia los jugadores que habían iniciado aquella broma.

MANÍA - Emiliano Martinez Fanfic [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora