Capítulo 20

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-¡Ayla! ¡Regresa!- le llamó en un último intento por detenerla, tenía cierta esperanza de que ella se detuviera y deseara acabar con todo ello pero sabía  perfectamente que ella jamás lo haría, la observo irse con aquel paso tembloroso, pero no corrió tras ella para detenerla, Ayla era una mujer demasiado testaruda cuando se lo proponía y en aquel momento sabía perfectamente que solo había una persona capaz de detenerla, su padre

Se daba una idea de los problemas que podría traerle toda la situación con la chica, pero no dudó en regresar rápidamente hacia el palco en busca de su director técnico al cual encontró rápidamente

-Ayla no está bien- fue lo primero que logró articular tras subir varias de las escaleras de ese lugar corriendo

-¿Qué?-

Había logrado llamar la atención de muchos de los presentes en la sala que se encontraban conversando en lo que finalizaba el entretiempo con su actitud y torpes palabras, pero no pudo importarle menos al oír todas las preguntas que recibió de golpe al continuar -Hace tiempo que tiene un "malestar" o así lo llama ella- comenzó a soltar todo -Cada día empeoraba más y acabo de encontrarla temblando de dolor en llanto- contó todo lo que sabía, todo lo poco que ella había logrado confesarle sobre su malestar y cuando finalizó no se quedó ni un momento más

Scaloni se había ido con rapidez y Emiliano no dudó en seguirle hasta que llegaron al campo donde sus caminos se separaron, tras algunas palabras lo dejaron ingresar pero a él no, vio al hombre dirigirse a uno de los miembros del equipo técnico de la selección femenina, pero ya era tarde para poder sacarla del campo sin detener el juego

El segundo tiempo había dado inicio y al pasar minuto tras minuto toda su atención estuvo centrada en ella y en cada movimiento que daba, no le permitían acercase más y aunque podía comprenderlo, toda la situación le frustrara
Le frustraba demasiado el pensamiento de que no había logrado hacer algo por ella, pero por mucho que pensara una y mil veces todo desapareció de su mente en cuanto le escuchó aquel grito tan desgarrador

¿Qué había ocurrido?

Su vista se elevó al campo de juego donde pudo apreciar el momento en que la chica caía al suelo desgarrándose tras ese último gol, las tribunas festejaban y gritaban llenas de entusiasmo al ver como la selección argentina estaba ganando, pero todo pareció detenerse poco a poco en cuanto la gente fue notando el malestar de la mujer que aún no lograba levantarse del suelo

-¿¿Qué esperan??- gritó -¡¡Vayan a verla!!-

Todo parecía ir con extrema lentitud, él lo sentía de esa forma, ya que verla destrozada de tal forma lograba quebrar su corazón por completo.
Ella intentaba ponerse de pie y no lo lograba, su pierna le fallaba y nuevamente volvía a caer al suelo tras cada intento mientras que el llanto se apoderaba de ella, fue cuando finalmente le vio rendirse que el resto de las jugadoras se lanzaron a su lugar para así asistarla y finalmente los respectivos especialistas se adentraron en el campo

Deseaba ir donde ella y tranquilizarla, pero sabía perfectamente que nada de eso sería posible, cuando la vio finalmente en aquella camilla fuera del campo no se demoró ni un solo momento y fue hasta ella, ella era un completo mar de lágrimas y verla negar torpemente mientras todos sus seres cercanos se acercaban a ella era algo que no se podía ver todos los días y los fotógrafos no perdieron la oportunidad de tomar fotografías

-¡Borra esas fotos ya!- gritó Lautaro al separarse del grupo junto a algunos jugadores más para tapar la visión de los fotógrafos

-¡Emi, deciles que estoy bien!- la observó suplicarle, nunca había esperado verla tan destrozada y tan frágil -¡Deciles que estoy bien, yo aún puedo seguir!-

-No, Ayla..- intentó tranquilizarla -No puedo hacer eso, ya no podes seguir..-

Su vista se apartó inmediatamente de él y se centró en su padre -¡Papá!- gritó ella desesperada, todos la miraban con tristeza o lástima, no podían hacer nada para ayudarla a calmarse, pero Ayla no podía culparlos por ello -¡Deciles vos, a vos si te van a escuchar!- -cada palabra que salía de su boca parecía ser interrumpida por sus crecientes llantos -No puedo terminar así, no.. así- pero toda aquella situación finalizó en cuanto uno de los médicos le inyectó un tranquilizante, no podrían tratarla a menos que ella se quedara quieta y aunque al padre de Ayla no le gustara, él se quedaría todo el tiempo que pudiera con ella







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N/A: Estuve días enteros buscando lesiones de rodilla para poder hacer bien los síntomas y demás, me siento orgullosa

Pd: Ayla oficialmente tiene una persona que le de rostroo, se acabaron las fotos evitando mostrar rostro ❤️

MANÍA - Emiliano Martinez Fanfic [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora