Capítulo 15

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No lograba recordar mucho de lo ocurrido la noche anterior. Aquella madrugada había despertado con un fuerte dolor de cabeza y de ciertas partes de su cuerpo. -¿Qué pasó anoche?- se preguntaba mientras intentaba incorporarse en la cama, pero un fuerte brazo la detuvo.

-Aún es temprano para el entrenamiento, duerme un poco más

Solo pudo observarlo en silencio por unos momentos. Poco a poco, las memorias de la noche anterior empezaron a llegar a su mente. Le costó asimilar todo, pero no dijo nada al respecto y terminó cediendo a la petición del hombre que intentaba dormir a su lado al ver que aún era de noche.

No logró conciliar el sueño nuevamente; su atención estaba puesta en él, lo que le robó por completo el sueño. -Parece que ya no puedes volver a dormir- susurró Emiliano con un tono ronco al abrir poco a poco los ojos. Ella asintió en respuesta y se atrevió a acercarse para darle un pequeño beso a modo de saludo.

-¿Te sientes bien?- le preguntó él, acercándola a su cuerpo.

-Sí, solo me duele un poco la cabeza...- Verlo sonreír aceleró su corazón, una reacción que no pasó desapercibida para él debido a la cercanía entre ambos. Antes de que la alarma de su teléfono sonara, Emiliano tomó el rostro de Ayla y unió sus labios en un duradero beso que borró todo rastro de sueño de ambos. Ella fue la primera en separarse y, tras ponerse algunas prendas que habían quedado en el suelo, se dirigió al baño.

Su tiempo juntos en aquel departamento fue tranquilo y agradable. Ambos tomaron una ducha juntos y, tras un considerable tiempo de intimidad, desayunaron algo ligero antes de dirigirse en el auto de él hacia el predio de la AFA. Allí, sus caminos se separaron; cada uno se dirigió a los vestuarios para ponerse sus respectivos uniformes antes de salir a las canchas.

-Parece que alguien no perdió el tiempo anoche- le comentó uno de sus compañeros al tirar de su camiseta para así dejar a descubierto las marcas que decoraban parte de su cuello -¿Quien fue la afortunada de ser "comida" por el gran Dibu?

-Cállate, Lautaro- le dijo mientras lo apartaba, riendo junto al resto en un intento de desviar la situación. Sin embargo, algunas miradas se dirigieron hacia él, especialmente de aquellos que habían estado presentes la noche anterior y sabían con quién se había marchado. -No te enojes conmigo, Dibu, sabes que solo bromeo- respondió Lautaro.

-¿Vos no te habías ido con Ayla?- indagó Julián algo confundido por la situación, la cosa no le terminaba de cerrar a él y a varios

-Si, pero solo la acompañé hasta su departamento- respondió intentando cortar la conversación lo más pronto posible, Scaloni se aproximaba y no quería causarle más problemas a la chica -Ya dejen el tema-

-Pero si yo los vi llegar juntitos hoy

-¿No sabes cuando callarte, Alejandro?

-¡Para, no te enojes conmigo! Solo estaba jugando- se quejó riendo. Sin embargo, el momento terminó abruptamente cuando el director técnico se aproximó. No parecía estar de muy buen humor, algo que se reflejó a lo largo del día con un entrenamiento particularmente duro.

Aquel día apenas habían tenido oportunidad de saber algo del otro. Por un lado, la selección femenina realizaba duros entrenamientos para prepararse para varios partidos consecutivos y no tenían tiempo que perder. Por otro lado, la selección masculina sufría un arduo entrenamiento debido al mal humor de su director técnico. Finalmente, cuando él pudo verla, la encontró recostada en el césped mientras algunos especialistas le masajeaban la pierna para calmar el dolor.

Miembros del cuerpo técnico y jugadoras se habían acercado tras verla caer abruptamente al suelo tras una patada. Ella sonreía intentando tranquilizar a todos, pero aunque lograba convencer a algunos, la preocupación seguía presente, especialmente en él, que no podía acercarse y debía conformarse con observar la situación desde la distancia.

-¡Martínez!- escuchó que le llamaron, sacándolo finalmente de sus pensamientos. Se disculpó de inmediato y continuó con su entrenamiento. Sin embargo, la situación no pasó desapercibida para Scaloni, quien eventualmente se acercó y apartó al chico del resto para poder hablarle en privado.

-Vamos al grano, Martínez.- habló finalmente el director técnico tras posicionarse frente al arquero de la selección, su expresión no era muy agradable, estaba claramente molesto y aunque llevaba gran parte del día así, ahora había preocupado a Emiliano -¿Qué carajos está pasando entre mi hija y vos?



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Me está encantando volver a editar esta historia

MANÍA - Emiliano Martinez Fanfic [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora