MANÍA - Emiliano Martinez Fanfic [En edición]

Capítulo 9

Se movió con cuidado debajo de la sábana, finalmente abrió los ojos y poco a poco salió del sueño profundo. No recordaba cuándo se había quedado dormida, pero esa noche fue la primera vez que durmió a su lado hasta la mañana siguiente.

-Buenos días, preciosa- susurró él al regresar a la cama junto a ella.

Su atención se centró en él una vez que estuvo cerca. Él sonreía ligeramente mientras sus brazos la envolvían, apegándola a su cuerpo como si esa noche no hubieran dormido separados. -¿Ya te vas...?- preguntó ella, aún algo agotada. Había notado que Emiliano ya estaba listo para partir; sus maletas estaban preparadas igual que él. 

-Sí, en breve tengo que juntarme con el resto para irnos- respondió él.

Ella no dijo nada al respecto, simplemente se sentía cómoda disfrutando de la cercanía entre ambos. Cuando sintió las suaves caricias que él dejaba en su espalda, juró en silencio que podría morir por él. -Dejame una de tus camisetas- le pidió sin mirarlo, pero él pronto tomó cuidadosamente su mentón, obligándola a mirarlo directamente.

-¿Cómo me vas a pedir eso así? ¿Acaso queres que te coma la boca tan temprano?

-Que ordinario sos, Emi..:- Ambos sonrieron, pero sobre todo él que estaba feliz al oír su nombre salir de esos dulces labios los cuales besó en cuanto tuvo oportunidad

Suspiró profundamente cuando él abandonó la cama nuevamente y ella se sentó en el borde, comenzando a despertarse mejor. Observó cómo él abrió uno de sus bolsos y, después de buscar un poco, sacó una de las camisetas que solía usar durante los partidos. La favorita de ella.

-Vas a tener que conformarte con esta por ahora- dijo él mientras le pasaba la prenda. -Después te daré las de mis mejores partidos.-

Ella intentó negarse, pero golpes en la puerta los obligaron a apresurar su despedida. Rápidamente tomó sus pertenencias y se refugió en el baño después de recibir un último beso de él. Desde su escondite, escuchaba la conversación entre el arquero y los jugadores que habían ido en su búsqueda. Esperó un tiempo y, cuando finalmente las voces cesaron, aguardó unos minutos más antes de salir finalmente de la habitación y marcharse.

No tardó mucho en llegar al piso donde se alojaba la selección femenina. Al entrar en su habitación, cerró la puerta con un suspiro de alivio y dejó caer las cosas que llevaba entre sus brazos. La única excepción fue la camiseta que Emiliano le había dado, que sostuvo con cuidado antes de colocarla sobre la cama.

Se dejó caer en la cama con un cansancio palpable. Cerrar los ojos y permitirse un momento de descanso fue un alivio después de la intensidad de la despedida con Emiliano. Pero a medida que se relajaba, los pensamientos sobre él volvían a la superficie.

Detestaba lo que ese hombre estaba provocando en ella. No podía negar la atracción, la conexión emocional que había entre ellos aunque su mente se negara firmemente. Era evidente que la intimidad compartida había profundizado su vínculo de una manera que la confundía y la frustraba. A pesar de todo, también era consciente de que había sido ella quien había marcado los límites en esa relación, consciente de sus prioridades y compromisos. No podía exigirle nada a Emiliano, ni tampoco pedirle más tiempo del que podía ofrecer como amigos.

Se quedó allí, perdida en sus pensamientos, mientras el día continuaba fuera de su habitación.

¿Pero por qué su pecho dolía tanto al pensar en él?

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Bueno! Acabo de terminar de editar los primeros 9 capítulos seguidos mientras veía el partido de Argentina vs Ecuador (4/7/2024), y solo puedo decir que el Dibu no puede ser más precioso, lo amo.

¡Mañana sigo editando!