Capítulo 7

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Todo su humor cambió gracias a las tonterías que los jugadores habían hecho. Las risas resonaban en el aire y ella encontró alivio en ese ambiente ligero y distendido. Pudo dejar de lado todas las preocupaciones que la estaban irritando, y al notar la presencia de ese hombre cerca, una sonrisa iluminó su rostro mientras se acercaba a él con paso seguro. Observó sus manos cubiertas por un par de guantes, y sin vacilar, se tomó la libertad de ayudarlo, deslizando los guantes de sus manos con delicadeza para luego entregárselos.

-Son mucho más grandes de lo que parecen, tienes manos muy grandes, Martínez- comentó con un tono juguetón y una mirada traviesa.

-Creí que eso ya lo habías descubierto la otra nocherespondió tranquilamente, aprovechando la oportunidad para rememorar lo ocurrido. Aquellos momentos en los que podía percibir un destello en la mirada del mayor la cautivaban; él le atraía. No era algo que le preocupara ocultar, aunque sí le inquietaba que la situación pudiera evolucionar más allá de unos simples encuentros nocturnos.

-Sos directo, eh- dijo al mirarlo con atención, notando que el collar que le había colocado aún permanecía alrededor de su cuello

-Y vos bastante linda-

El arquero solo necesitó dar un rápido vistazo a su alrededor para asegurarse de que no había nadie observándolos. Una vez confirmado, actuó sin demora. Tomó su rostro entre sus manos y le robó un beso sorpresivo a la chica, quien no esperaba ese gesto. Se separó de ella con una sonrisa de satisfacción en su rostro y, con descaro, le guiñó un ojo antes de dirigirse a reunirse con el resto de su equipo. Estos volvían al entrenamiento bajo las atentas indicaciones del padre de la chica, quien supervisaba la sesión desde la distancia.

Le observó alejarse y luego permaneció de pie junto al arco donde él la había dejado por unos minutos más antes de decidir retirarse a los vestuarios. Nunca le había gustado sentirse confundida o no entender algo, especialmente cuando se trataba de sentimientos tan complejos. No podía negar que el tonto beso que él acababa de darle le había dejado una extraña sensación en el pecho, lo cual le molestó un poco.

Observó cómo él se integraba de nuevo al equipo, moviéndose con confianza y energía en el campo de entrenamiento bajo la mirada atenta del padre de ella, quien dirigía la práctica con seriedad. Ella se encontraba en medio de una maraña de emociones contradictorias. Había disfrutado el momento, pero también se sentía frustrada por ello; su mente iba a mil por hora, tratando de descifrar cada gesto y palabra intercambiados. Decidió dejar de pensar por un momento y se dirigió hacia los vestuarios para ducharse. Había reflexionado lo suficiente por ahora; necesitaba un respiro y espacio para procesar todo lo que había sucedido.




Mientras el agua seguía cayendo sobre su cuerpo, escuchó a los demás jugadores entrar al vestuario. No se preocupó ni se alarmó; agradecía tener la privacidad de aquel cubículo para darse una larga ducha. Saludó a quienes se despedían de ella en voz alta mientras abandonaban el lugar. Con el paso del tiempo, notó cómo todo volvía a quedar en calma después de un rato largo; ya se habían ido.

Al intentar salir del cubículo, se sorprendió al ser retenida y acorralada contra una de las paredes. Sintió cómo los labios de esa persona se apoderaban por completo de los suyos. No se resistió; su pequeño susto se disipó de inmediato -Me asustaste..- murmuró tras un suspiro mientras su mano se aferraba a un par de mechones del cabello de aquel hombre. Se sintió tranquila cuando sus grandes brazos la envolvieron, atrayéndola hacia su cuerpo

Los minutos parecían evaporarse mientras el corazón de ella latía con una intensidad que apenas percibía. Él, en cambio, era consciente de cada latido acelerado. Observaba con detenimiento el rostro de la joven mujer que se encontraba en sus brazos, apreciando cada detalle, desde la suavidad de su piel hasta el brillo en sus ojos. El tiempo parecía detenerse mientras se perdía en la contemplación de su belleza. Finalmente, sintiéndose atraído por una fuerza irresistible, decidió acercarse de nuevo y sellar el momento con otro beso. Todo comenzó con un cálido y dulce juego que poco a poco fue convertido en un beso tan lleno de pasión al que eventualmente ambos cedieron sin problema, pareciendo que eso que ocurría entre ambos ya no podía quedar en tan solo una noche.





MANÍA - Emiliano Martinez Fanfic [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora