N.13 Fantasías sexuales.

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Sergio.

Para mí desgracia abrí mis ojos unos minutos antes de que sonara el despertador

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Para mí desgracia abrí mis ojos unos minutos antes de que sonara el despertador.
Supuse que mi cerebro estaba alerta porque tenía que ir a casa a cambiarme para luego trabajar.

Me moví sutilmente como un ninja para no despertar a Olivia y una vez que di la vuelta al otro extremo de la cama me senté suavemente cerca de Piero.

A veces me caía mal, siempre lucía tan apuesto, incluso durmiendo. Yo espero verme así.

Toqué su hombro y en el segundo tanteo se removió.

—¿Dormí tanto? —desde luego, pero aún no despertaba del todo y me imaginé que estaba divagando por su voz cansada.

—Sorpresivamente sí...

—Seguro estaba muy cansado—, está vez giró su cuerpo sin despegarse del todo de Olivia—. Debo llevarte ¿no es así?

Después que asentí me dirigí al baño para lavar mi rostro y ponerme mis zapatos, Piero se sentó en el borde de la cama y se quedó observando el panorama, como si se transportaba a otro plano o tratando de espabilarse.

Trataba de no hacer ruido esa mañana pero no bastó porque Piero se levantó y estaba curioseando entre las cosas de Olivia.

—Oye, mira esto —me llamó.

Piero señaló un traje que sobresalía del  armario, ya que la puerta del closet estaba semi abierta.

—¿Olivia fue porrista? —pregunté y aunque no quería husmear en sus cosas me acerqué más para cerciorarme.

Tomé el traje sacándolo un poco más sin despegarlo del perchero y me pareció bonito... también muy sexy.

—¿Qué hacen? —la voz de Olivia somnolienta hizo que soltara la prenda de inmediato.

Nos observaba apoyada en sus brazos.

—¡Nada! —dije asustado y Piero lanzó una risa maliciosa.

—Sergio está husmeando entre tus cosas —se excusó y se arrojó a la cama.

Olivia me observó y comencé a negar.
—¡Eso no es cierto! —pero entonces ella también comenzó a reír. Había captado que Piero lo hacía para molestarme.

—¿Por qué tienes un traje de porrista en tu armario? —cuestionó Piero, estaba acostado de lado apoyando su rostro a uno de sus brazos, la miraba con picardía.

—Es para halloween, nunca lo usé...

—¿No quieres estrenarlo con nosotros? —le preguntó y luego me miró con una sonrisa juguetona, aunque no entendí que trataba de decir pude intuir algo—. ¿Cuándo volveremos a vernos?

La pregunta realmente era, ¿cuándo quedamos para tocarnos?

—¿Cuándo pueden? —dijo Olivia observandonos, había entendido el mensaje subliminal en la pregunta.

ENTRE TRES, ENTRE SÁBANAS. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora