N17. Piel caliente.

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Olivia.

Me maquillaba en la cocina de la casa, hablaba con mis padres como solía hacer a veces antes de salir, ya me había arreglado y me daba unos últimos toques de rubor sobre mis mejillas, decidí ir formal, conociendo a Piero y su vida extravagante irí...

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Me maquillaba en la cocina de la casa, hablaba con mis padres como solía hacer a veces antes de salir, ya me había arreglado y me daba unos últimos toques de rubor sobre mis mejillas, decidí ir formal, conociendo a Piero y su vida extravagante iríamos a un buen sitio, y quería estar a la altura sin perder mi aire fresco.

—¿Entonces dices que sacaste un 110 en puntuación? —trató de adivinar e indagar mi padre con un aire esperanzador. Yo miré al cielo y no le di respuesta alguna.

Él curioseaba porque había hecho el examen de fin de curso, se pasaba con 93, el logro total eran 180 puntos, nadie había llegado ahí lo máximo era 164 puntos, eran complejos, pero las últimas preguntas eran estrategias para buscar genios y prodigios.

La verdad no me esforcé en gran manera, solo estudié como lo haría con cualquier otra prueba, quería que la beca la tuviera alguien que la mereciera, yo por mi parte podría tenerla por ser hija del "doctor estrella" de la clínica, sus influencias sobre mi bastaban, y no me aprovechaba de eso, pero era algo realista. 

—¿Y a Piero que tal le fue?

—Con lo competitivo que es, quizá logró el 130.

—No lo dudo... —dijo y en su rostro siguió esperando por mi, no lo culpo, tiene una reputación que mantener.

—Tranquilo, salí bien —le dije con voz suave y el soltó un respiro aliviado.

Al cabo de unos minutos sentí a las afueras de mi casa la camioneta de Piero avisar que había llegado.

Recogí mi cartera y metí el maquillaje en el estuche de forma rápida.

—Mandale saludos de mi parte— fue la señal de mi padre para despedirme, me ofreció un beso en la frente y se fue a su lado de la casa.

Mi madre que tomaba un té en la cocina acompañándonos me dio un último vistazo de arriba a abajo.

—Me cae bien tu amigo—, sonaba tranquila, lo contrario a mi que estaba apurada—. Te hace usar la ropa que tienes por lo general agarrando polvo en tu clóset.

Era ella quien me la regalaba. Pero hace mucho que no asistimos a eventos ejecutivos porque ya mi padre era más desprendido a nosotras luego del divorcio. Quiero decir, no era necesario fingir también en una conferencia ser de una familia unida, ¿Cómo le diría a las personas? Hola ella es "mi ex esposa", jajaja así no encontraría a alguien jamás.

El teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo y para la poca paciencia de Piero decidí salir de una vez por todas.

Cuando me asomé por la puerta dejó de marcar.

Abrí la puerta y me senté de copiloto. Le di un saludo rápido.

Me gustaba el olor de sus cosas, los asientos de cuero olían a limpio o nuevo, y él junto con su intrínseca fragancia a hombre, 10/10.

ENTRE TRES, ENTRE SÁBANAS. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora