Capítulo 5.

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La pequeña omega se movía con rapidez en la cafetería, atendiendo a cada uno de los pescadores que entraban a la cafetería.

Preparaba cafés, tés y postres, de vez en cuando uno que otro sándwich de jamón de pavo y a cada uno le ofrecía una menta al terminar con su comida.

—¡Juliana, la omega más hermosa de este pueblo! —Entró alegre Bruce a la cafetería.

Su overol de pesca se veía pesado, pero Bruce siempre remarcaba que él era lo suficientemente fuerte como para cargar con ese pesado overol todo el día. Sus botas de color café estaban desgastadas y manchadas por el agua y en su cabeza tenía un gorro de lana que la misma Juliana le regaló hace dos navidades, era de color azul, pero de una tonalidad gris, su cabello estaba completamente en el gorro.

Juliana sonrió y sintió ese cosquilleo por los nervios de ver que Bruce si recordó que tenía ese viejo gorro que Juliana le regaló.

Bruce se acercó y besó la mejilla de Juliana quien lo acepto gustoso, pero la omega de Juliana se sentía agobiada y enojada.

—Hola, Jazz, ¿qué tal la pesca de hoy? —Juliana continuó paseándose por el lugar con Bruce siguiéndole con la mirada.

Juliana tenía puesta una falda color amarilla, de una tela delgada y flores en todas partes, se encontraba a la altura de los huesos de la cadera así que se podían apreciar las caderas de la joven omega, además hoy decidió usar un crop top color blanco que antes era una camisa de los beatles, pero Juliana la arregló a estilo que quedara como un crop top que ajustaba su cintura, así que su abdomen estaba a la vista.

Bruce veía con poca inocencia y pureza a la omega quien amigablemente se acercaba a las mesas para tomar platos sucios o ver si sus clientes necesitaban algo más.

—Sabes, Juliana, me encantaría llevarte a cenar la próxima semana, ¿qué opinas? —Bruce se acercó galante a Juliana y tomó la mano de la omega.

—E-estaría bien. —Juliana sonrió y su ánimo subió, se sentía nerviosa y ansiosa por tener una cita con el alfa.

Tal vez su omega no era una fanática del olor a bosque del alfa, o tal vez no se sentía como siempre le dijeron que se sentiría tener un alfa, pero Juliana apreciaba a Bruce, sabía que era un buen alfa y además este era atractivo.

—Te recogeré mañana a las 8:30pm, te espero bonita. —Sin más el alfa abandono la cafetería no sin antes dejar un beso en la mejilla de Juliana quien se sonrojó en el momento.


Juliana se encontraba en la cocina de su casa, era pequeña y con lo básico, pero Juliana de vez en cuando gastaba su dinero en —lujosos— instrumentos de repostería, a la omega le gustaba hornear postres, en especial pasteles y cupcakes, a la gente parecía gustarles y los pescadores siempre regresaban por más.

Su tranquilidad amasando la masa para la base de una tarta fue interrumpida por el toque de la puerta de enfrente.

El reloj en la pared marcaba que eran las 6:48pm, la lluvia era intensa afuera por lo cual los pescadores se encontraban en sus casas o guardando sus herramientas de trabajo, al salir de la cocina con su delantal lleno de harina y sus manos con un poco de masa que se quedó pegada y harina que dejó sus manitas de color blanco.

Al recorrer la pequeña cortina de la ventana de cristal en la puerta puede ver hacia afuera que llueve con intensidad, frente a esta se encontraba la alfa rubia mojada, casi escurriendo. Sus ojos le suplicaron que abriera y sus brazos se abrazaban a sí misma.

Juliana sin pensarlo abrió la puerta y dejó entrar a la alfa, quien llenó la cafetería con su olor combinado con el de tierra mojada y la lluvia, una brisa de aire frío entro a la casa estremeciendo a la omega que chilló.

𝐈' 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧𝐨 𝐞 𝐥𝐞 𝐭𝐨𝐫𝐭𝐞; 𝐉𝐲𝐕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora