La mañana siguiente Juliana se despertó con ese sentimiento de pesadez y decepción de la noche pasada.
Al ser domingo la cafetería abría a las 10am en lugar de las 7:30am como todos los días, así que aprovecho para permanecer en su cama unos minutos más capturando la calidez de su cama.
Al salir de la cama se preparó para su día diciéndose a sí misma que todo estaría bien y que la otra noche fue mala, pero no es una mala vida.
Se puso su vestido amarillo que era fresco y fácil de usar por la suavidad de la tela.
Salió a su huerto tomando fresas y unos cuantos duraznos necesarios para unas tartas que preparará hoy. Sus converse negros se mancharon un poco con lodo, pero Juliana no le dio importancia. Salió de casa, no sin antes darle de comer a Lana y besar su cabeza avisando que llegará más tarde.
Al llegar a la cafetería ya podía ver a unos cuantos pescadores esperando a que abriera y estos entraron en cuanto Juliana puso un pie dentro. Todos pidieron sus cafés y tés preparados, unos tomaron unos cuantos sándwiches y otros pedazos de pastel de chocolate, vainilla francesa y red velvet.
Entro Gilbert un alfa mayor, que estaba a unos cuantos meses de retirarse, se sentó en la barra esperando por Juliana quien le daba su té de manzanilla todas las mañanas con una rebanada de pie de durazno.
—Hola, Juliana. ¿Cómo amaneció el sol? —Juliana río y el alfa le sonrió con amabilidad.
—Bien, Gilbert, gracias. ¿Cómo está Helga?
—Ella siempre está bien, despertó exigiéndome unos panqueques de moras, ¿y quién soy yo para negárselos al ser más hermoso en este mundo? —Juliana sonrió.
Gilbert y Helga llevan 56 años de casados y son la relación más adorable y respetuosa que ha visto en toda su vida.
Helga ama con todo su corazón a Gilbert y siempre le lleva el almuerzo que tanto le gusta al muelle y Gilbert todos los días respeta a Helga y le compra una rebanada de pay de moras al salir del trabajo.
Al terminar de servir el té de Gilbert Juliana se aleja para poder seguir atendiendo a los clientes.
El olor de diversos alfas y omegas marea un poco a Juliana, además esto incluye el olor del mar y pescado de los pescadores. Juliana intenta mantener el lugar abierto y las ventanas se llevan los malos olores, pero realmente las velas alrededor ayudan a que el olor no sea tan insoportable.
Un olor en particular llama la atención de Juliana: vainilla y fresas.
—¡Wow! ¡Así que la cafetería favorita de todos los pescadores es de la linda Juliana Valdés! Me pregunto si les gusta la comida y café o la vista. —Juliana rodó los ojos y llegó frente a Valentina quien esperaba sentada en la barra.
Juliana puso su mejor sonrisa y sus mejillas se sonrojaron al tener la mirada intensa de la rubia.
—Buenos días, ¿qué te puedo ofrecer?
—Lo que tú quieras.
—Créame, señora Carvajal, lo que yo quiero es que salgas de aquí.
—Woah, omega, eso no fue muy amable que digamos. —Valentina le sonrió y Juliana volteo los ojos. —Quiero un café americano y un pedazo de pastel de chocolate, también me gustaría una cita, pero no creo que quieras. —El tono sarcástico en la voz de Valentina irrito a Juliana.
—Eres insoporta-...
—¡Buenos días, hermosa! —Al llegar Bruce salta la barra y se pone del lado de Juliana dándole un abrazo y un beso en la mejilla.
Juliana puede sentir la mirada intensa de Valentina sobre ellos, pero prefiere omitir ese sentimiento.
—Hola, Bruce. ¿Cómo estás? —Muy en el fondo Juliana le gustaría ser cortante con Bruce por la forma en que la trato anoche, pero su forma de ser se lo hace imposible, además del hecho de su atracción hacia Bruce.
Un error lo comete cualquiera.
—Excelente, fue una noche de locos. Gane la partida al final, tal vez con ese dinero quiera llevarte a una cita, ¿te gustaría?
Juliana chillo de emoción por la atención y propuesta del alfa.
—¡Me encantaría!
Valentina permaneció viendo la escena.
La mano del Bruce se acomodó en la cintura de Juliana y la jalo hacia él.
—¡Valentina, no te vi ahí! Perdona, mi objetivo era llegar a este ser tan hermoso, pero, ¿puedes culparme?
—No, Bruce. Cualquiera amaría tener a Juliana en sus brazos, al menos para poder presumirla. —La sonrisa y voz sarcástica de Valentina hizo gruñir a Bruce.
—Cállate, Carvajal.
—¿Acaso miento?
Juliana aclaró su garganta llamando la atención de los alfas.
—No me agrada que hablen de mi como si yo no me encontrara en el lugar, nos vemos luego. Traeré lo que pidió, señora Carvajal.
Juliana pasó a la cocina, escapando de la situación tan incomoda y grosera que creo la alfa rubia.
A Juliana no le bastaron más de dos veces para ya no soportar a la alfa.
Sus ojos burlones, sonrisa sarcástica y tosca manera de hablar la hacen sentir incómoda y le enoja la forma en que sigue insistiendo que ella es un premio para Bruce. Mientras Juliana se debatía en la cocina si ponerle menos crema batida al pastel de Valentina, Bruce y Valentina conversaban afuera.
—Deja de acusarme de esa forma, Valentina.
—¿Acusarte? ¿no es verdad que lo único que quieres es verte como el más alfa con una linda omega? —Dentro de Valentina su alfa gruñó, el solo hecho que le estén faltando el respeto a un omega la hace enojar.
—No estoy jugando, Carvajal. Yo salgo con ella, no tú... ¡espera un momento! —Bruce soltó una carcajada. —¿Te gusto la linda y dulce Juliana?
Las risas de Bruce llamaban la atención de los demás, pero todos regresaban a sus conversaciones sin prestarle atención al joven alfa.
—Claro que no, me parece ilusa y sin ningún tipo de cosa que llame la atención. —La alfa de Valentina gruñó en su interior, pero la ojiazul se rehúsa a caer solamente por una omega bonita.
—Incluso si yo no saliera con ella, tú no tendrías oportunidad, por el simple hecho que no eres buena Valentina, eres una alcohólica y amargada. Aléjate de Juliana porque ella será mi omega, y yo seré el que tiene a la omega más deseada de todo el pueblo.
Bruce le sonrió con amabilidad, cambiando su semblante serio.
La cara de Valentina era de enojo y quería golpear a su primo, causarle dolor como él había intentado lastimarla, pero no le importa porque esas palabras ya las ha escuchado miles de veces.
—Un café y una rebanada de pastel para usted. —Juliana le dio una sonrisa a Valentina quien al verla quiso devolverle la sonrisa, quiso ver a Juliana a los ojos y ver esos lindos cafés.
En lugar de eso, Valentina se levantó de su lugar y abandonó la cafetería dando un portazo que llamó la atención de las personas.
—Que grosera. —Dijo Juliana con el ceño fruncido.
—Lo sé.
Juliana se quitó su delantal y salió a toda prisa para ver si alcanzaba a la alfa.
La omega la alcanzo y corrió otra vez para poder llamar su atención.
—¡¿Qué te sucede?! —El sonido de las olas y la calidez del sol golpean la piel de Juliana. —Nadie sale de mi cafetería de esa forma, pudiste haber dañado mi puerta o a ti misma.
—¡Por favor, Juliana! No me interesa ¿okay? si se hubiese roto la puerta, entonces la arreglaré y ya. —Sin decir más Valentina dejó a Juliana en medio de la playa quien solo la vio caminando enojada al muelle principal.
Juliana pateo la arena y se fue refunfuñando a la cafetería.
¡Estúpida, Valentina!
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𝐈' 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧𝐨 𝐞 𝐥𝐞 𝐭𝐨𝐫𝐭𝐞; 𝐉𝐲𝐕
RomanceDonde Juliana es una linda omega con una linda cafetería en un pequeño pueblo de Italia, y Valentina es la nueva alfa del pueblo, es tosca y trabaja como pescador. ღ❜ ❪𝗝𝘂𝗹𝗶𝗮𝗻𝘁𝗶𝗻𝗮❫; Valentina G!P ღ❜ Adaptación autorizada; ©larrylarrylarryso...