Valentina por mucho tiempo estuvo perdida, este sentimiento lo describía como tener frío. Todo esto hasta que llegó su rayito de sol, Juliana era ese rayito de sol, el que podía apreciar por horas y esperaba nunca dejar de tener a su lado.
Justo en este momento se encontraban caminando, tomadas de la mano y viendo los diversos puestos en la plaza central del pueblo.
El invierno llegó con lluvia y un pronóstico de nieve dentro de unos días, esto en el pueblo significaba que las ventas en la cafetería de Juliana aumentaban, las clases se cancelaban y los pesqueros se preparaban.
El alimento estaba resguardado, los refugios tenían mantas —unas cuantas donadas por Juliana, que ella misma tejió— y que cada 20 de diciembre la omega llevaba chocolate caliente y pastel de zanahoria.
—Está haciendo un frío del infierno, ¿qué hacemos comprando cosas al exterior? —Valentina acercó la mano de Juliana a su boca y la calentó con su aliento.
La omega rio.
Tenía suéter esponjoso puesto y arriba de este una chamarra, esto la mantenía calientita, pero, además, Valentina la había forzado a ponerse un conjunto de guantes y gorro.
—Es tradición del pueblo, cada año al comienzo de invierno montan puestos de comida, ropa o cualquier cosa, créeme los mejores pasteles los encuentras en estas ferias.
—Mentira, tú haces los mejores pasteles.
Juliana rio.
Siguieron caminando con una Valentina abrazando a Juliana para mantenerla cálida y una Juliana queriendo que Valentina pruebe todos los pasteles que veían.
—¿Dónde quieres pasar el invierno, Val?
Valentina vio curioso a la menor, tenía un pastel de chocolate entero en la boca, la comisura de sus labios estaba llenas de betún de chocolate oscuro.
—¿P-puedo pasarlo contigo? —Juliana asintió y un sonrojo llegó a sus mejillas.
—Dentro de unas semanas será mi...—Juliana respiro hondo. —Celo, y quisiera que estemos j-juntas, si es que tú quieres.
Valentina tragó el pastel de chocolate en su boca y asintió frenéticamente.
—S-sí, estoy encantada con esto. Acepto, yo acepto a esto y ...—Juliana rio y tomó las mejillas de la rubia.
—Ya entendí, Val. —Dejó un beso en su mejilla y con uno de sus dedos limpio el betún en el contorno de los labios de Valentina después metió su dedito a su boca y probó el betún.
—Delicioso.
Valentina sentía que iba a morir en ese momento.
Valentina acomodaba sus cosas fuera de su maleta en los cajones de Juliana.
La casa era cálida, con la chimenea de la sala encendida, un tocadiscos con música tranquila y Juliana horneando galletas en la cocina. Valentina repasó con la mirada la habitación, viendo la gran cantidad de libros en los estantes, otros en lugares aleatorios de la casa.
—¿Has leído todos los libros que tienes, omega? —Llegó Valentina a la cocina y robó un poco de mezcla del tazón, Juliana le dio una palmadita para que no hiciera eso.
—No exactamente, unos cuantos los empezaba y nunca los terminaba, pero la mayoría los devoraba en días.
—Lees demasiado, omega.
Juliana rio.
—Mi padre era un editor de libros, por lo cual cada cumpleaños me regalaba libros. —Juliana suspiró con nostalgia.
ESTÁS LEYENDO
𝐈' 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧𝐨 𝐞 𝐥𝐞 𝐭𝐨𝐫𝐭𝐞; 𝐉𝐲𝐕
Любовные романыDonde Juliana es una linda omega con una linda cafetería en un pequeño pueblo de Italia, y Valentina es la nueva alfa del pueblo, es tosca y trabaja como pescador. ღ❜ ❪𝗝𝘂𝗹𝗶𝗮𝗻𝘁𝗶𝗻𝗮❫; Valentina G!P ღ❜ Adaptación autorizada; ©larrylarrylarryso...