Capítulo 7.

1.8K 201 6
                                    

Al despertar la mañana siguiente los rayos del sol eran intensos, parecía como si nunca hubiese habido una tormenta intensa.

Los ojos de Juliana se abrieron lentamente por el rayo de sol que estaba iluminando tenuemente su rostro, agradece realmente haber comprado esas cortinas blancas trasparentes que le ayudaban a no tener que soportar el sol intenso de las mañanas en Italia.

Su intención fue moverse y realizar su rutina diaria, pero un brazo aprisionando su cintura lo evitó, el fuerte agarre se relajó cuando Juliana se volvió a acostar en la cama junto a él.

Juliana recordó que Valentina había pasado la noche en su cama, posiblemente abrazándola toda la noche.

El aroma a vainilla y fresas puro era intenso en ella, por lo cual su omega ronroneó contenta mientras que Juliana disfrutaba del calor que desprendía la alfa, era cómo estar tomando el sol en la playa, pero sin tener la sensación molesta en que tu piel se quema o la arena escurridiza en tu ropa.

Las manos de Valentina parecían no querer dejar la cintura de Juliana, dejando la espalda de Juliana en su pecho, y el trasero de Juliana enfrente de su entrepierna, al reaccionar a esto y a la cercanía obvia entre estas dos Juliana se sonrojó.

¡¿Por qué rayos no despertaba Valentina?!

¡Tenía el sueño extremadamente pesado!

Juliana se empezó a mover intentando soltarse de Valentina.

—¡Valentina! —Juliana seguía moviéndose como gusano e intentado desenrollar las manos de Valentina de su cintura. —¡Valentina! Valentina, Valentina, Valentina... —Repitió una y otra vez.

Recordó que los pescadores tienden a dormir en barcos durante semanas, por lo cual ni una ballena apareándose los despiertan.

Juliana siguió revolviéndose hasta que una de las manos de Valentina la detuvo marcándose en su cadera, poniendo un agarre fuerte y escondiendo su cara en el cuello de la menor.

—Dios, hueles bien... —Gruñó en el cuello de Juliana.

Su voz no se escuchaba como la Valentina usual que es relajada, burlona y coqueta, ahora se escuchaba suave, ronca y adormilada.

La cara de Juliana pasó de ser un tomate a parecer que estuviera a punto de explotar cuando sintió algo entre su trasero y Valentina.

—Valentina, te voy a asesinar si no despiertas ahora mismo.

Valentina continuó en el quinto sueño dejando a una Juliana enojada por no poder despertar a la rubia, y un poco preocupada por como la alfa duerme como piedra.

Siguió removiéndose hasta que escuchó un gemido.

Juliana tiene que aceptar que el escuchar los gemidos bajos de la alfa, y un leve olor a excitación proveniente de Valentina, la hizo humedecer un poco, podía sentir su lubricante en su entrada.

La omega solamente podía pensar en lo agradable que era disfrutar de las cálidas manos de Valentina en sus caderas, su grande erección cerca de su entrada y el delicioso olor a vainilla y fresa de Valentina.

Pero ella sabía que no era correcto, no cuando "esta saliendo" con Bruce.

Puede ser que nada más haya sido una cita, pero el alfa ya le considera su pareja.

—Val, tengo que ir a realizar mis tareas. Tengo que salir con Bruce en una hora.

Sin siquiera dudarlo Valentina despertó al escuchar al alfa y un gruñido se atoró en su garganta.

Juliana no es suya, no por ahora.

Juliana se volteó y confrontó a la ojiazul cuando está ya no tenía sus manos acorralando sus caderas.

Sus rostros quedaron uno frente a otro, por lo cual Valentina podía ver el fuerte marrón en los ojos de Juliana, su cálida piel un poco bronceada, con un poco de rojo en el puente de su nariz y sus bellas pestañas, y sus labios, labios rojos y suaves, que la llamaban a probar.

—L-lo siento... —Susurro cerca del rostro de Juliana, su erección seguía estando presente y la excitación de ambas seguía fuerte, aunque ambas deseaban que se detuviera.

—N-no tienes que disculparte —Juliana seguía cerca de Valentina por lo cual podía ver delicadas marcas en la cara de Valentina, una cicatriz en su frente.

—Juliana... —la voz adormilada de Valentina hizo voltear a ver a esos hermosos océanos que tenía Valentina en sus ojos. —Eres la criatura más hermosa que he visto en mi vida.

En ese momento Juliana se derritió y besó a Valentina.

Los labios de Valentina eran suaves, sus manos en el rostro de Juliana a pesar de estar rasposas y con varias heridas por el trabajo eran delicadas, sosteniendo con tanto cuidado a Juliana como si genuinamente creía que la iba a romper, las manos de Juliana pasaron de los cabellos de Valentina a su pecho, cuestionándose como es que Valentina es tan fuerte.

La alfa tomó las caderas de Juliana y la puso sobre su regazo mientras esta se sentaba para poder tomar la cintura de la menor entre sus manos. Juliana siguió besando a Valentina, los labios de la omega eran dulces para la rubia, eran adictivos.

El movimiento de las caderas de Juliana era tentador para Valentina de arrancar la pijama de Juliana y hacerla suya en ese momento, las manos de la pelinegra en su cabello la hacían sentirse relajada, feliz, un sentimiento cálido en su corazón se formó... Casi como si fuera un hogar.

Los besos de Valentina pasaron a la clavícula de Juliana quien soltó un jadeo y unos cuantos gemidos, el olor de su lubricante era delicioso para la alfa, y el olor a duraznos y fresas era intenso, dulce y fresco haciendo a Valentina desear poder probar cada centímetro de la piel acaramelada de Juliana.

Los besos seguían hasta que escucharon unos golpes fuertes en la puerta de la casa.

Los ladridos de Lana eran fuertes cuando los golpes se detenían.

—C-creo que debería ir a ver quién es. —Jadeo la morena mientras los labios de la rubia pasaban por su cuello, dejando su olor en Juliana.

—No te vayas, por favor... no ahora mi hermosa omega... —Los gemidos suaves de Juliana alentaban a Valentina a seguir y seguir hasta poder tener en su memoria para siempre esos bellos sonidos que salían de esos magníficos labios.

—¡Juliana! —La voz de Bruce hizo saltar a la mencionada quien se tensó en el momento y saltó de su lugar.

Juliana se levantó tropezando con las sábanas y cayendo al suelo, pero no sintió un golpe duro por la cantidad de almohadas en el suelo.

—Y-yo... l-lo siento, Valentina. N-no debí de haberte besado —Juliana corre a la sala.

El olor de excitación de Juliana disminuyó y se reemplazó con un olor de ansiedad y pánico, posiblemente un poco de miedo... Valentina no quiere volver a ver a la bonita omega de esa manera otra vez.

—Juls, no te preocupes... —Valentina tomó los hombros de Juliana y esta se calmó un poco por el aroma de la alfa, pero los golpes en la puerta la hicieron gimotear un poco.

—S-solo no quiero que Bruce se enoje... él y yo estamos "Juntos". —Hizo entre comillas y la alfa rubia gruñó.

No solo por la idea de que Bruce salía con Juliana y no ella, sino que el hecho de que la omega tuviera miedo a la reacción violenta de un alfa le hacía la sangre hervir.

Juliana negó.

—Valentina, tú y yo... solo somos amigas. —Tomó uno de los mechones de Valentina y lo escondió detrás de su oreja. —Mi lugar estará con Bruce porque él es el que me está cortejando.

Valentina sintió un poco de dolor ante esa idea.

Pero sabe que es real, Valentina nunca la cortejará o sentirá preparada para estar con una omega tan asombrosa como Juliana.

O tal vez sí...

La alfa de Valentina se emocionó con la idea de Valentina decidiendo tomar la correcta decisión de una buena vez.

Ahora ya no era un "tal vez..." ahora ella no dejará pasar la oportunidad de estar con Juliana.

Valentina dejó un beso en la mejilla de la menor y la dejó ir con Bruce.

Pronto Juliana sería su pareja, y no la de Bruce.

𝐈' 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧𝐨 𝐞 𝐥𝐞 𝐭𝐨𝐫𝐭𝐞; 𝐉𝐲𝐕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora