La alfa estaba un poco confundida.
Habían pasado dos meses desde su boda fue una ceremonia adorable con gente del pueblo reunidos en la iglesia del centro y una fiesta sencilla, pero con muchas personas, mucha música y muchas sonrisas.
La omega y la alfa estaban felices, tuvieron unas lindas vacaciones en Grecia visitando una bella playa y tomando el sol.
Valentina estaba encantada con lo hermosa que se veía su omega con el sol veraniego de Grecia.
—Juls, ¿sucede algo?
La menor la ignoró y continuó llevándose sábanas, suéteres, cojines y todo tipo de cosa suave hacia el cuarto enfrente del suyo.
Juliana ha estado comportándose un poco extraño desde que hace unas semanas.
Esta constantemente intentando tener la atención de la alfa, pidiendo abrazos y besos, y claro que no le molesta a la ojiazul, pero algo que si le causa un poco de confusión es la obsesión de la omega con las peras, ha estado comiendo técnicamente 8 al día y siempre termina con hambre.
—Amor... —Valentina se recargó en la pared al lado de la puerta de la cual Juliana entraba y salía. Los brazos de la omega estaban llenos de cosas que incluso la tapaban por completo.
La omega la volvió a ignorar y seguía entrando y saliendo de los cuartos.
—Juls... —La omega estaba a punto de salir de su habitación con casi todas las camisas de Valentina cuando esta tomó su cintura. —¡Esas son todas mis camisas! ¿Puedes decirme que sucede?
La omega levantó su carita viendo a la alfa que acababa de hablarle un poco exasperado y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas y empezó a llorar soltando las camisas arriba de la cama escapando del agarre de Valentina.
Se encerró en el cuarto de enfrente de su habitación y no cerró la puerta con seguro, aún se escuchaban los fuertes sollozos de la omega que desprendía un olor amargo.
—Omega, lo siento... no quería que lloraras, simplemente quiero saber que sucede. —Juliana seguía sollozando triste.
Valentina suspiró y se sentó al lado de la puerta.
Recargó su cabeza en la pared.
—Haz estado actuando raro estos últimos días y no me molesta, cariño, pero si es un problema tenemos que resolverlo juntas...
La omega detuvo sus sollozos y abrió la puerta.
Salió del cuarto y se sentó junto a Valentina en el pasillo.
—Vamos a tener un bebé.
La omega susurro y la ojiazul la vio anonadada.
—¿Tendremos un bebé?
—Tendremos un bebé.
La alfa sonrió.
—¡Tendremos un bebé! —Tomó entre sus manos el rostro de la omega y la besó. —Juliana, no sabes qué tan feliz me haces.
Juliana sonreía y limpiaba sus lágrimas de felicidad. Valentina aspiro el dulce aroma de su omega notando un leve aroma dulce.
Peras.
La alfa se levantó con sumo cuidado con su omega en sus brazos y las llevó a su habitación, dejando a la omega en su cama.
Se agachó al vientre de Juliana y dejó un beso tierno.
—Hola, bebé. Soy yo, mamá. —Susurró haciendo reír a Juliana.
—Mi omega estaba haciendo un nido —dijo Juliana un poco apenada.
La alfa se acostó junto a Juliana y se acurrucaron con la menor en su pecho.
—No me molesta, omega. Pero ¿puedo ayudarte con el nido?
Juliana vio a Valentina y sonrió.
—Claro que sí, Val. —Dejó un beso en el pecho de la alfa sintiendo su corazón palpitar más rápido.
Las dos pasaron la tarde arreglando el futuro nido de su cachorro y cuando terminaron satisfechas se pusieron a hablar de lo emocionadas que estaban y que planeaban hacer.
Juliana había contratado unos empleados para que le ayudaran con la cafetería y daría clases hasta que ya tuviera que incapacitarse, Valentina le contó acerca de cómo esto era el momento correcto porque su jefe le había otorgado un ascenso que involucraba más dinero y un trabajo menos riesgoso.
Las dos estaban emocionadas. Al llegar la noche la pareja se acurrucó en la cama Juliana rápidamente se quedó dormida, con su cabeza descansando en el pecho de la alfa y sus piernas entrelazadas.
Valentina se quedó pensando y reflexionando acerca de su vida.
¿Qué hizo para merecer todas estas bendiciones? Es feliz, encontró a la omega perfecta y tiene un cachorro en camino. Nunca pensó que llegaría a vivir todo esto. Nunca pensó que llegaría a tener esta estabilidad que tanto estaba buscando y que logró encontrar con una bella omega.
La mañana siguiente Juliana despertó con antojo de panqueques de pera.
Y su alfa no era nadie para negarle un deseo a su omega. A pesar de que Valentina era un desastre en la cocina con el tiempo aprendió uno que otro truco y recetas de la omega y su especialidad eran los panqueques de pera que a pesar de odiarlos la omega los disfrutaba demasiado.
Juliana estaba sentada en su comedor con un libro con hojas maltratadas por el tiempo, sus delicadas manitas cambiaban de página de vez en cuando y sus ojitos estaban concentrados en la lectura extensa que estaba teniendo.
Valentina termino los panqueques y los puso enfrente de la omega que sonrió.
—¿Cómo te sientes, omega? —La alfa veía con atención a la omega que le ofreció una sonrisa.
—Estoy bien, Valentina. —Rio. —Le mandare una carta a mi padre con la noticia, además se lo comente a Flor hoy en la mañana, está emocionada y ya viene con muchos regalos.
Valentina rio. Claro que Flor haría eso, ella fue la que estuvo por meses esperando el embarazo de la omega, incluso se atrevió a llevarle un conjunto de ropa atrevida a Juliana.
Tal vez ese embarazo si podía ser culpa de Flor. Pensó la alfa divertida.
Juliana y Valentina pasaron el día pegadas técnicamente y disfrutando de ese día tan relajado que estaban teniendo. Juliana no podía creer la hermosa vida que encontró en ese pequeño pueblo en Italia.
Y Valentina no puede creer la hermosa vida que nunca creyó merecer con una pequeña omega de rizos, olor afrutado y manos con magia para hacer postres deliciosos.

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𝐈' 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧𝐨 𝐞 𝐥𝐞 𝐭𝐨𝐫𝐭𝐞; 𝐉𝐲𝐕
RomanceDonde Juliana es una linda omega con una linda cafetería en un pequeño pueblo de Italia, y Valentina es la nueva alfa del pueblo, es tosca y trabaja como pescador. ღ❜ ❪𝗝𝘂𝗹𝗶𝗮𝗻𝘁𝗶𝗻𝗮❫; Valentina G!P ღ❜ Adaptación autorizada; ©larrylarrylarryso...