Malenalie ha vuelto a Midgard por orden de su esposo, lleva a su niña en brazos, Sharon y Flynn permanecen en el anonimato, pues a la rubia la buscan, también Madinaveitia es una fugitiva. Al enterarse de su regreso, el rey T'challa la convoca a Wak...
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—Es lo mejor.
—Tal vez lo mejor, no sea el camino más fácil.
—Una cosa fue ocultarme a mí durante este año, pero otra muy distinta, será a la bebé.
—Velma no hace ningún mal...
—Yo sé que no, jamás dije que lo hiciera...
—Es mi hija.
—La niña más amada que haya en el universo, lo sé.
—¿Puedes pensarlo?
—Retrasar la partida solo hará que duela más. Yo tampoco quiero perder a mi familia, por fin tenemos algo que es de los dos, no quiero que nos perdamos...
—No tienes idea del tiempo que te extrañé, no quiero perderla.
—No lo harás.
—Voy a renunciar a todo...
—Asgard necesita a su rey.
—Sin ti no lo quiero...
—Lo conseguiste sin mí.
—Estoy tratando de aferrarme a nuestra realidad.
—La vida nos dio la oportunidad de encontrarnos tres veces, podemos volver a vernos.
—¿Por qué separarnos ahora, cuando ya somos uno?
—Cariño, no es un adiós, porque nos volveremos a ver— dijo ella al despegarse de la cuna de su hija, el dios la estrechó entre sus brazos antes de aprisionar sus labios, ella supo cómo se sentía, ya lo habían experimentado antes.
—Quédense esta noche.
—Por supuesto.
Ella le sonrió con ternura, ambos subieron a la cama, no se despegaron en ningún momento. Durmieron abrazados, o eso le hicieron creer al otro. Ella no dejaba de ver a su hija, con el temor de perderla durante la noche, pues no se sentía capacitada para ser madre, menos aún para abortar, porque sabía que el recuerdo la seguiría por siempre. Él, por su parte, delineaba la figura de su mujer, tratando de grabar en su mente lo que ya sabía, para él su temor era no volver a verlas, aunque se afirmaran que eso no ocurriría jamás. La mañana llegó y ambos descubrieron lo que le ocurría al otro, no lo dijeron en voz alta, solo le sonrieron a su pareja.
