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—Mi Señora.

—Sigues aquí.

—Tardaste más de lo esperado.

—Trajeron a Tony del espacio.

—¿Está bien?

—Tan bien como se espera.

—¿Y tú?

—Tan bien como se espera.

—Ven aquí.

—Fueron al espacio, Pepper me pidió quedarme para impedir que Tony los siguiera.

—Tengo entendido que ya fuiste al espacio... ¿qué se siente?

—Igual que aquí, M'Baku, creo que no has salido de los terrenos e ir a Midgard, al exterior, te sientes transportado a otra dimensión, no puedes creer todo lo que hay a tu alrededor.

—Dicen que Asgard es todo de oro.

—Sí, Flynn, y tiene hermosos lagos, había un patio que era sólo para mí y la niña.

—¿Y qué le pasó?

—No lo sé, Loki no volvió por mí, lo vi una vez cuando fue la fiesta de Velma, la última que hice fuera de Wakanda.

—¿Lo extrañas? — dejó de ver al Jabari para concentrarse con ojos cristalizados en su cuñado, sólo asintió.

—¿No preferirías ir a la cabaña?

—No, ahora soy Reina y ya me fui mucho tiempo.

—Para el cumpleaños de nuestros hijos.

—Creo que tengo audiencia en Viena, podemos hacer escala.

—Señora— le entregaron un bote de nieve y ella agradeció.

—Vamos los tres, dejaré Wakanda protegida con mi magia, en caso de algún imprevisto volaremos hacia acá lo más rápido posible.

—No voy a usar un traje.

***

—Ven, por favor, ¿a dónde fuiste? ¿Por qué no puedo ir contigo?

Eso y más decía cada que soñaba, cuando lograba dormir. Sintió la cama hundirse a su lado. No quiso girarse porque no era quien ella pensaba siempre. Ahora más que nunca, la cama se sentía fría a su lado, estiraba la mano para sentirlo y ni podía imaginarlo, prefería recordarlo de mejor modo, jamás preguntó cómo murió, quería mantener el recuerdo intacto. El destino le habló cuando lo puso enfrente, no era prudente interrogarlo para saber por qué se lo quitaba, pues no despreciaba el regalo, al contrario, atesoraba en su memoria el tiempo que pasaron juntos.

—¿Buscas a Velma?

—Sí, y a mi Rey.

—Volverán.

—Rezo a Bast todos los días porque eso suceda.

—Ella te escucha, encontraremos la manera.

—He revisado las notas de Shuri en busca de respuestas... desearía poder recuperar las Gemas del Infinito.

—Ni siquiera eres capaz de sostenerla, ¿cómo lo harías?

—Con un guantelete, un Mjolnir, una corona...

—Demasiado poder, incluso para una mutante.

—Sí, creo que mejor me quedo en cama.

—Vinieron a verte.

—¿Quién?

—Su gente, Majestad.

—Que me preparen el té, bajo en un momento.

—No es la hora del té.

—Me gusta un poco más que el café, últimamente. Espera afuera en lo que vienen mis damas a cambiarme.

—Estaré con los príncipes.

—Escucharé a la gente y nos reuniremos afuera, organicé un desayuno con el pueblo, espero vengan muchos.

Y aunque no tenía muchas ganas de ver a los ciudadanos, se puso su mejor vestido para salir a saludar, hablar, escuchar, comer y compartir un bello momento con su gente. Quizá eso la ayudara a ya no sentirse tan sola, Flynn ordenó que los príncipes también se cambiaran, corrieron a abrazar a la Reina, los condujo a sus asientos, acomodó uno para Flynn y otro para Emily. Por la noche celebrarían otro banquete y harían fiesta, un poco de carnaval no le hacía daño a nadie. Imanu se emocionó al oír esa parte, porque a él le encantaba bailar. Cuando se hubieron levantado para recoger todo, una oleada de polvo cubrió todo antes comenzar a materializarse uno a uno los cuerpos... la gente caída en batalla hacía cinco años. Todo se volvió un caos, la confusión inundó al pueblo... algunos de los habitantes corrían de un lado a otro como lo que se quedaron haciendo, Malie se secó las lágrimas y le ordenó a sus hijos tomar las manos de Flynn y Emily, con un esfuerzo inhumano, conjuró un hechizo potente que los mandó a Inglaterra, donde vieron por última vez a Sharon... M'Baku y Okoye daban órdenes cuando la Reina corrió al prado... se escuchaba a Wanda, así que le lanzó un hechizo azul para llamar su atención, corrió a abrazar a su madre y, antes de que pudieran ponerse al corriente, el Rey la llamó, corrió de vuelta, nada la detendría, brincó a los brazos de su esposo y se fundieron en un beso.

—Cinco años ansiando este momento.

—¿Cómo que años?

—Hay tanto por hablar.

—No tenemos tiempo— se abrió un portal dejando ver a Strange y Wong.

—¿Por qué no me avisaron antes?

—¿Quiénes son?

—El Hechicero Supremo, tenían un plan, al parecer.

—Malie— volteó y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas.

—¡Sam! Vámonos, parece que nos necesitan.

Larga vida al reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora