𝐄𝐧𝐟𝐚𝐝𝐚𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞

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Habíamos empezado a correr camino a la escuela cuando mi prima se fue en dirección contraria.

-¿Miércoles en que estás pensando? -le chilló Enid enfadada.

-Debemos volver a por Tyler.

-El monstruo sigue ahí dentro -volvió a gritar Enid, pero las tres nos movíamos de nuevo hacia la mansión.

Yo me estaba quedando atrás, no podía correr demasiado rápido gracias al arañazo. Recé por haberme puesto la vacuna contra el tétanos y apreté los labios para seguirlas.

Encontramos a Tyler tirado en la entrada, con tres enormes arañazos de garra en el pecho. Me quedé a un lado mientras Enid se quejaba y Miércoles hablaba con él.

Entonces perdí el control de mi pierna y me precipité al suelo. Por suerte, alguien me agarró antes de que consiguiera llevarme de regalo una conmoción cerebral también.

-¿Maeve?¿Estás bien?¿Qué ha pasado? -miré al pintor que me sujetaba y me ayudó a ponerme de pie.

-¿Tú de dónde has salido? -inquirió Miércoles mirándolo.

Le dio su bufanda a Tyler para que le pararán la hemorragia y luego miró mi pierna y su cara cambió a total escandalización.

-¿Qué os ha pasado y por qué Maeve tiene parte del pantalón lleno de sangre?

-Un tornillo mal puesto y un monstruo asesino -nombre con un gesto de dolor.

-¿Cuál es el tuyo? -preguntó asustado.

-El posible tétanos -suspiró algo aliviado y dejó que me apoyara en él.

Acabamos llendo a casa de Tyler para limpiarnos y curarle.

Mientras Miércoles le ponía pequeñas tiras en las heridas, yo me destapé la mía. Xavier se asustó y se acercó a mí, mientras que Enid puso una mueca de asco.

Tenía la herida muy abierta, por suerte no había rastro de hueso, pero la sangre estaba en todas partes, tanto seca como caliente. Con un trapo mojado, intenté desinfectarmela y limpiarmela con cuidado.

Después, suspiré y cogí la aguja desinfectada y un hilo que me había proporcionado Miércoles.

Cogí un trapo y me lo metí en la boca, mordiéndolo con fuerza. Solté un gruñido al clavar la aguja en uno d ellos lados de la piel y me dolió casi más al clavarlo en el otro y unirlo.

Sentí como mi piel se movía hacia un lado para juntarse con el otro y el dolor fue haciéndose mayor conforme me cosía. Por suerte, la sangre paraba y el trapo evitaba que soltara un grito por cada puntada.

Xavier estaba horrorizado mientras veía como me cosía mi propia herida, pero estaba a mi lado, apretando mi hombro en forma de apoyo. Enid no, Enid estaba soltando los chillidos que no podía soltar yo y le daba asco cada unión.

𝚂𝚃𝚁𝙰𝙽𝙶𝙴 𝚁𝙾𝙼𝙰𝙽𝙲𝙴 || xᴀᴠɪᴇʀ ᴛʜᴏʀᴘᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora