Deseo (Malec +18)

Capítulo 11

Even if it's gonna break me, love, I run to you

– ¡Alec! –

Ignoró a su hermana y continuó caminando a su oficina.

– ¡Hey, Hermano! – Alec suspiró, viendo como Isabelle entraba a su oficina detrás de él. – Entones... ¿te quedaste con Magnus? –

– No se porque preguntas. Ayer prácticamente me lanzaste con él, – Alec gruñó, sentándose en su silla, intentando no sonreír al pensar en Magnus.

– De nada, por cierto, – Izzy contestó, sentándose frente a él. – Entonces, ¿es tu novio? –

– No, no es mi novio, – Alec le miró molesto.

Izzy comenzó a contar con sus dedos. – Pasas las noches con él, muchas noches. Estás constantemente distraído, especialmente cuando el está alrededor. Te acuestas con él. Y apuesto a que ni siquiera ven a otras personas, ¿cierto? –

– Bueno...–

– Están saliendo, – Isabelle dijo. – Son tan lindos juntos. –

– Oh, cállate, – Alec masculló, sintiendo como su corazón se aceleraba.

– No te preocupes, hermanito. No le diré a nadie. Dejaré que ambos averigüen las cosas, – ella le dijo, mirando sus uñas. – Pero definitivamente son una pareja. No lo dudes por un momento.

– Cállate. –

*

– ¿Sabes que es raro ver a alguien mientras duerme? –

Alec no se molestó en ocultar su sonrisa. Los ojos del brujo aun estaban cerrados. – No si ese alguien no se da cuenta, porque está dormido. –

Magnus abrió un ojo, y sonrió. – Siempre notó cuando me estás viendo, cazador, – murmuró, acercándose aun más al cuerpo de Alec.

Alec se puso de lado, para quedar frente a Magnus, y capturar sus labios entre los suyos. El beso rápidamente se volvió duro, y Alec gimió al sentir el miembro de Magnus contra el suyo.

– Que forma de despertar, – Magnus susurró, cuando se separaron. Alec sonrió, y se puso encima de Magnus, dándole besos sin parar.

– ¿Cómo estás? –

– Mucho mejor, ahora que dormí, – contestó el brujo, acariciando el cabello de Alec. – Quería preguntarte. ¿Qué le respondiste al Council? –

– ¿Mmm? –

– Sobre tu nuevo puesto y... ¿mudarte a Alicante? –

– Oh...– Alec abrió los ojos y dejó de besarle. – Lo rechacé. –

Los ojos de Magnus se abrieron sorprendidos. – ¿Rechazaste una posición en el Consejo? ¿por qué? –

– No lo quería. – Alec se encogió de hombros.

– ¿No lo querías? ¿El niño dorado de la Clave no quería ser promovido? – Magnus alzó las cejas.

– No seas idiota. No soy el niño dorado de la Clave. Solo... no estoy listo para dejar Nueva York aun... y a todos aquí. – Alec frunció el ceño.

– ¿Todos? – el brujo sonrió coqueto, acariciando el cabello de Alec.

– A todos. – Alec suspiró.

– ¿Incluido...? – Magnus sonrió, mordiendo el labio de Alec.

– A todos, – Alec insistió. Trató de besar a Magnus, pero la mano de Magnus le detuvo.