Capítulo 13

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Alec se congeló. Sintió que no podía respirar, que todo el aire había salido de sus pulmones.

– Espera... ¿qué? – Alec soltó, mirando al brujo.

– Vete, Lightwood, – Magnus repitió, negándose a ver a Alec.

– ¿Qué? ¿Por qué? ¿Hice algo mal? – Alec preguntó, pensando en la noche anterior.

– Esto ya no esta funcionando. Para mi solo es sexo, pero claramente para ti, se esta volviendo algo más...– Magnus le dijo, apretando sus puños.

– ¿Me estás tomando el pelo con esta mierda? – Alec exclamó, de repente bien despierto, saliendo de la cama y obligando a Magnus a verle. – ¿Para mi se está volviendo algo más? –

– Si. Obviamente quieres algo más que yo no tengo el deseo de darte. Así que es mejor terminar con esto, – Magnus contestó, obstinado. Alec se inclinó, tomando los puños de Magnus.

– Estás lleno de mierda, Bane, – le acusó. – Cada vez que follamos tu me dices que soy tuyo, que te pertenezco. Que no puedo ver a nadie más, que nunca me dejarás ir...–

– No estamos saliendo, – el brujo le interrumpió, enojado.

– ¿Por eso es toda esta mierda? – Alec demandó. – ¿Por qué Izzy piensa que estamos saliendo? –

– Yo no salgo con cazadores de sombras, –

– No, solo les follas todos los días, – Alec le contestó, sarcásticamente. Magnus se levantó de su silla, vistiendo con magia a Alec, y saliendo de la habitación. Alec le siguió, lleno de furia. – Lo que realmente pasa es que eres un maldito cobarde. –

Magnus abrió los ojos con furia y se detuvo. – ¿Qué acabas de decirme? –

– Que eres un maldito cobarde. – Alec se cruzó de brazos, de alguna forma intentando proteger su corazón. – Tienes miedo de que alguien pueda acercarse demasiado. Esto ya no era "solo sexo" y ambos lo sabemos. –

– No sabes nada sobre mi, cazador, – el brujo soltó.

– ¿Y quien tiene la culpa? – Alec contestó, determinado a mantener la atención de Magnus. – Tienes razón. Casi no se nada de ti, además de lo que te gusta en la cama. No se sobre tu infancia, tus hobbies, tu color favorito, tu pasado, tu comida favorita. Y no porque no lo intente. Si no porque no bajas tus escudos por miedo a salir lastimado. No puedes mentirme. No cuando me decías que nunca me dejarías ir. Se que no era mentira. Se que lo que pasó a noche no fue una mentira. Se que de verdad no quieres que mire a otros hombres, solo a ti...–

– ¡Todo era una maldita mentira, cazador! – Magnus explotó. – Cada maldita palabra fue una maldita mentira. Solo fuiste una buena cogida. Y dije lo que necesité decir para seguir follándote. –

– Eso... sabes que... eso no es verdad, – Alec tartamudeó, sintiendo como su corazón se rompía. No era posible haber imaginado eso, ¿cierto?

– Es verdad. Y dado que te has involucrado demasiado, me has aburrido. Lo arruinaste, y la verdad es que no me importas, – Magnus insistió, enfatizando lo último.

Alec solo quería correr, esconderse y llorar. Pero todavía había una parte de él que no podía creerlo. – Así que, si ahora fuera al Instituto y me follara a Underhill, ¿no te importaría? – Alec se le ocurrió decir.

La mandíbula de Magnus se tensó, por lo que se giró para no verle. – No. Fóllate a quien quieras, – Magnus chasqueó los dedos y apareció un portal. – Ahora, vete. Cazador. –

Deseo (Malec +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora