Capítulo 12

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Izzy le había arrastrado a todos a una cena familiar con su novio mundano, para que este conociera a su familia ¿Qué fabricaban joyas? ¿No podía inventar algo mejor? Eso, más es el estrés del Búho, su cabeza llena de ideas de Magnus, y su poca tolerancia al alcohol, habían logrado que su cabeza diera vueltas.

Había pasado las últimas noches en la cama del brujo, el colchón, el piso o donde pudiera ponerse en cuatro, para terminar sin aliento y con un increíble orgasmo. Cada vez, Magnus chasqueaba los dedos, les limpiaba, y se acurrucaba al lado de Alec en la cama. Cada mañana, Alec se quedaba lo más posible en el departamento. Su mente no dejaba de dar vueltas a las palabras de Isabelle. En más de una ocasión, se había quedado despierto, viendo el rostro de Magnus e imaginando como serían las cosas si estuvieran realmente juntos.

Esa noche, de alguna manera, había terminado con un vaso de whisky en una mano, caminando hacía la mesa de pool donde Underhill se encontraba. El puede mirar todo lo que quiera. Pero yo nunca miraré de vuelta.

– ¿Señor? –

Alec parpadeó. – ¿Uh? –

– Le pregunte si se encontraba bien, – Underhill movió una mano frente a él. – ¿Necesita ayuda para volver a su mesa? –

– Oh, eso. Si. No. Nooo, – Alec balbuceó. – Jace e Izzy no dejarían de burlarse nunca si me vieran ebrio. –

Underhill sonrió, mirando alrededor. – ¿Por qué no le llamo un taxi? – Ofreció. – Si alguien me pregunta, salió por trabajo. –

– Gracias, eso sería... realmente lindo, – Alec miró su bebida, sin moverse. Underhill tomó el vaso de Alec, haciendo que sus dedos se rozaran, para luego alejar el vaso.

– Realmente creo que necesita descansar y dejar de tomar, – le explicó, tomándolo del hombro y llevándolo a la salida.

– Si, creo que eso necesito. –Alec contestó, caminando mareado. Al sentir la brisa de aire sobre su rostro, perdió el equilibrio, haciendo que Underhill tuviera que tomarle de la cadera para sostenerse.

– Wow, cuidado– Underhill dijo.

– Lo siento, – Alec masculló, sin moverse por un momento. Sería tan sencillo estar con otro cazador de sombras. Underhill había probado ser un excelente cazador la última semana, siempre ayudando y buscando lo mejor para todos.

Seria tan sencillo... Pero no era Magnus.

Alec se alejó del agarre de Underhill, mientras que este se giró para detener un taxi. Underhil le abrió la puerta y le ayudó a entrar. Dejó caer la cabeza sobre la ventana, solo siendo consciente de que Underhill le daba al taxista una dirección del edificio enfrente al Instituto.

– ¿Todo bien, señor? – le preguntó a Alec.

– Si. Eres un buen hombre, Underhill, – Alec murmuró, con los ojos cerrados. – Gracias.

Underhill le sonrió una vez más y cerró la puerta. Alec suspiró, y su mente volvió a Magnus. Llevaban follando más de un mes, era obvio que entre ellos había algo más. Alec ya había lanzado a la basura los ideales de la Clave, las tradiciones, sus prácticas. Quizá era hora de lanzar la expectativa social también. Quizá... valía la pena.

Abrió los ojos nuevamente, solo para decirle la nueva dirección al taxista.

*

Unos momentos después, Alec se encontraba caminando hacía el departamento de Magnus, lentamente para no caer. Sacó su estela y dibujó un Iratze, con la esperanza de que le ayudara con el dolor de cabeza. Y luego tocó la puerta.

Deseo (Malec +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora