CAPITULO 8

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Capitulo 8

Capitulo 8

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Tobie

El dolor de cabeza es insoportable, pero lo más insoportable es la luz que entra por la ventana de mi habitación. Me introduzco y el dolor se intensifica. Miro a mi alrededor con los ojos entrecerrados, mi camisa esta tirada un lado y tengo puesto el pantalón y las medias. Me levanto y entro en el baño para darme una relajante ducha, al ver mi aspecto en el espejo quedo sorprendido, parece que anoche no fue una de las mías.

Salgo de mi habitación ya bañado y envuelto en una toalla para buscar algo de café. Giro hacia la cocina y freno en seco al ver a Siena frente de la cafetera esperando que salga el café. Ella está vestida con el vestido de anoche, pero ya no trae los tacones y tiene el cabello recogido. Deja escapar un suspiro de frustración y se vuelve para que entonces nos veamos. Ambos quedamos paralizados cuando nuestras miradas se encuentran.

A ver ¿Qué pasó anoche?

Me paso la mano por el cabello y trato de pensar mejor, pero lo último que recuerdo es que llegue al piso con su compañía, ella me ayudo a quitarme la camisa, me le acerque demasiado tanto que me entraron ganas de besarla y me acompaño hasta que perdí la consciencia. Eso fue lo ocurrio.

¿No?

Si, eso fue, pero si eso fue lo que ocurrio ¿Qué hace ella aquí? Respiro profundamente y me siento en uno de los taburetes de la encimera. Ella se vuelve otra vez a la cafetera.

– Buenos días, Siena.– digo con educación y ella se vuelve a verme. Su rostro está en modo neutro.

– Buenos días, Tob.– dice normal, con su tono de no expresar nada.

– Mmm, ¿Qué pasó anoche?.– digo curioso y ella levanta la ceja.

– ¿Me estás preguntando si tú y yo hicimos algo?.– dice con tono seco y yo encojo los hombros.

Y si fue así no me acuerdo de nadita. Y sería una verdadera lastima.

– Lo último que recuerdo es que estabas ayudándome a quitarme la camisa y luego me dormí. Solo eso ¿No?

Ella se pone un mechón rebelde detrás de su oreja antes de volverse hacia la cafetera para sacar un poco de café ya listo. Toma dos tazas para luego llenarlas. Me entrega una y se queda con otra. Ella apoya los codos en la encimera haciendo que me dé una vista perfecta de sus pechos.

– Si te preocupa que ambos tuvimos sexo, pues no lo hagas. No sucedió nada entre nosotros.– dice tomando un poco de café y yo hago lo mismo.

Menos mal. Porque si fuera pasado algo y yo no me acordaba tendría que tomar cartas en el asunto.

– Bueno... Entonces... ¿Qué haces aquí? Pensé que despues que me había dormido tú te habrías ido.

– E iba hacerlo, pero cuando salí de tu habitación con intensión de irme note que estaba lloviendo fuerte y decidí quedarme.– dice tomándose todo su café.

El Vuelo Del Fénix - Trilogía Fénix (#1) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora