El Vuelo Del Fénix - Trilogía Fénix (#1) [+18]

CAPITULO 9

Capitulo 9

Siena

Ahora mismo es uno de los días que no me importa nada en realidad, que prefiero quedarme en la cama y morir. Es jueves en la prestigiosa universidad de Wisconsin y el sol está soleado y el cielo despejado. Está alegre y lleno de luz. Pero eso ocurre afuera porque aquí adentro es un mar de oscuridad y tristeza. Nunca quise que llegara este día, siempre quise un día dormirme y despertar al otro y que todo hubiera sido un terrible sueño. Pero la verdad es que no, no es un sueño y tengo que asimilarlo.

Hoy ya hace un año de la muerte de mis padres.

Jodido ¿No?

Con el sol brilando con todo su resplandor yo estoy aquí sumergida en un mar oscuro y frío. Y lo malo es que tengo clases y no debo faltar. Pero la verdad es que no quiero ni levantarme de la cama. Ya Isa se ha ido primero que yo con toda su alegría a su clase de diseño y yo estoy aquí arropada de pies a cabeza con insoportable nudo en la garganta.

Me incorporo arrastrando los pies y abro mi armario. Para colmo todas mis sudaderas negras están sucias y la única limpias son la blanca y una gris. Me agacho para tomar una de las sucias, la huelo y decido ponermela. En fin de cuentas nadie va olerme y no esta tan sucia. Tomo una ducha con toda la lentitud del mundo mojandome de cabeza a pies.

Salgo de el baño envuelta en una toalla de Isa porque la mía mía no sé dónde carajos esta y no tengo ánimo de buscarla. Me pongo el sujetador, las bragas, los vaqueros negros, la franela, la sudadera y luego los tenis. Me ato una coleta y me miro en el espejo. Mi reflejo definitivamente expresa tristeza pura y nada comparado a la chica de un par de semanas. Respiro profundamente y tomo mi mochila. Meto mi celular en el bolsillo de la sudadera y salgo de la habitación.

Paso por el mostrador y Nicolás me sonríe abiertamente, pero esta se le esfuma al verme. Ya tendré mi cara de depresión que se las esfumo rápidamente. Salgo de la residencia y el resplandor me pega directamente a los ojos. Entonces apresuro mi paso.

Cuando llego a la aula de clases ya todos están sentados con sus sonrisas de hipocresía y cuando hablo de todos, son todos. Tomo asiento al lado de Tob que ya está sonriendome y yo ni pendiente de el. Solo miro en dirección de la profesora y en lo que dice, pero no estoy en mis facultades para entender lo más mínimo de lo que dice. Y así ocurre el resto de la clase.

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Salgo de el edificio y el clima a ayudado con mi estado emocional. El cielo está nublado, esta lloviendo y hace frío. Me detengo justo en la salida para pensar bien lo que voy hacer. Y cuando estoy apunto de salir Tob aparece a mi lado con una sonrisa.

– Si lo haces azucarilla más tarde estás que te desintegras.– dice divertido y yo solo puedo encoger los hombros.

– Todos moriremos un día. Unos mucho antes que otros, otros inesperadamente, otros duran años, pero toda tenemos el mismo destino. Si me desintegro hoy no será lo peor que pueda pasar.– digo en tono bajo y el me mira con confusión.