El Vuelo Del Fénix - Trilogía Fénix (#1) [+18]

CAPITULO 34

Capitulo 34

Siena

Ya pasado una semana desde que Eduardo se fue y su ausencia me pegó un poquito. Bueno, después de todo era mi amigo. Termino de hacer un trabajo que nos asignó la profesora de literatura y dejo escapar un suspiro. Isa levanta su mirada de su portátil y yo me le quedo viendo un poco.

– ¿Cansada?

– Como no tienes ni idea. Está mañana me levanté muy temprano para ir al gimnasio, después las estresantes tareas, el partido y lo de Spike. Creo que me duele un poco la cabeza. Además tengo que encargarme de Emma que sigue presionando a Rory.

– Esa tal Emma se está ganando varios puñetazos de parte.– dice cerrando el portátil y yo reprimo una risa.

– Me encantaría estar presente para ver qué tan bien das dichos puñetazos.

Termino de acomodar las hojas para ponerlas sobre de mi escritorio. Cuando vuelvo a levantar la mirada hacía ella, está frunciendo el ceño y no deja de mirar su móvil.

– ¿Sucede algo?

– Mi madre. Ya quiere que vayamos para navidad, pero a decir verdad no me apetece ir.

– ¿Y eso sería por?

– A veces mi madre es pesada, muy pesada. Hasta llega a ser insoportable. Más bien no puede pasar una semana que no me perturbe para llamarme y ahora mucho más que sabe que tengo novio. Ains, los padres son un caso.– dice sin dejar de mirar su móvil.

Yo ojalá los tuviera aunque sea para que vivan llamándome todas las semanas para saber de mí o para darme consejos, pero es obvio que más nunca recibiré una llamadas de ellos. La actitud de Isa me molesta un poco porque ella no debería estar hablando de su madre sabiendo perfectamente que solo se preocupa por ellos. Dejo escapar y me meto en mi cama para entonces mirarla fijamente.

No puedo aguantarlo.

– ¿Isa?

Ella también se mete en su cama para después quitarse los lentes y mirarme.

– Dime.

– Sé que no es de mi incumbencia, pero no deberías hablar de tus padres así. Ellos solo se preocupan por ti y solo ven de que estés bien.

– Si, eso lo sé, pero es que no conoces a mis padres. Son extremadamente pesados y montan un interrogatorio interminable. Un día preferiría no reci...

– No vayas a terminar de decir esa frase ni hoy ni nunca, Isabelle.– digo con tono serio y ella lo nota enseguida.– Son tus padres y siempre lo serán, si un día dejan de llamarte, de molestarte significa dos cosas o es que no le importas para hacerlo o de que no están ya con nosotros.

– Sie...

– Me molesta que hables así de ellos porque solo intenten hablar contigo. Yo perdí los míos hace un año y daría cualquier cosa por tener nuevamente una de esas llamadas de mi padre diciéndome sobre algún logro que tuvo en el trabajo o de mi madre preguntándome de como me va o si ya encontré alguien. No vuelvas a decirlo nunca Isa. Porque sino la culpa después te estará consumiendo.