El Vuelo Del Fénix - Trilogía Fénix (#1) [+18]

CAPITULO 29

Capitulo 29

Tobie 

Estuve a un solo paso de decirle, a un solo maldito paso de decirle que yo mismo lleve a los asesinos de sus padres a su casa, pero al último momento me arrepentí. Antes de hacerlo recordé su sonrisa y su alegre actitud que no pude hacerlo, no pude decirle. El sentimiento de culpa me carcome, devorandome poco a poco que si no le digo cuanto antes nunca lo haga y eso sería mucho peor porque Siena me odiara como odia a Spike.

Joder, ¿En qué estaba pensando en aceptar ese favor?

Si no fuera hecho ahora mismo no estuviera como lo estoy. Desapareciendo por la culpa, por el miedo de que la chica que amo termine alejándose y perdiéndose para siempre.

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La nube de sueño se disipa del todo cuando escucho mi alarma a lo lejos, indicandome que ha iniciado otro día. Y no un día muy normal sino un día muy exigente y prometedor, ya que estamos en cuarto de final y todo se basa en el juego de hoy. Y no me siento tan preparado para ello porque por mi pensadera de anoche, buscando una alternativa de no terminar odiado por Siena, me puse a tomar. Dejando escapar un suspiro de frustración me levanto para preparame para este frustrante día.

Siena

Los cuarto de final, el tiempo donde todo el mundo anda de un lado al otro como locos en busca de entradas para el juego de Los Lobos y Los Vikingos. Gracias que yo tengo la mia que me la facilito mi lindo novio aunque no me apetezca ir, pero le prometí estar allí para apoyarlo al igual que su hermana. Ya todos salimos de clases para ir a alistarnos. Pero antes de eso tengo que ir para la biblioteca por un par de libros.

Cuando entro en ella esta casi vacía por simplemente estar en cuarto de final. Me dispongo a ir a la sección donde conseguiré los libros. Estoy apunto de girar hacía el pasillo, pero me freno en seco al ver a Eduardo apoyado a los estantes mirando un libro y en vez de entrar a ese pasillo entro al otro, pero él me descubre antes de hacerlo. Gira la cabeza hacía mi dirección.

– ¿Siena?

Ay Diosito dame fuerzas y no nervios.

Me giro sobre los talones para verlo y él esta sonriendo exquisitamente con esos hoyuelos tan lindos.

¡Siena!

Okey, okey ya despierto.

– Ey. Pensé que ibas a el partido.– digo revisando los estantes, sin verlo.

– Solo estaba buscando los libros que la profesora nos pidió.

– ¿Y lo has encontrado?.– saco uno de los libros que necesito para revisarlo.

– Si. Ambos estaban en ese estante donde estas apoyada.– dice y levanto la mirada hacia él que esta mirándome con algo de malicia.

– ¿Por qué me estas mirando así?.– digo cruzandome de brazos y él levanta la comisura del lado derecho de sus labios.