Prólogo

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● Ocho años atrás ●

—¿Esta segura?

—當然 

El hombre se levantó suspirando ante la respuesta. No estaba de acuerdo, pero ella mandaba.

—Eso es crueldad —sentenció— ¿No cree que habrá consecuencias?

—Marte —lo llamó— Esa chiquilla pondrá sus genes en mi casi perfecto legado —sabia que se refería a él— Mezclara a su familia con la nuestra. No voy a permitir que Frank arruine lo que mi legado por años construyo mezclándose con una familia mentirosa, estafadora e interesada. Una cosa fue la amistad que permití, pera otra ya es que nos relacionen directamente. Así que si, estoy segura

—Como diga

El hombre salió de la habitación dejando a la mujer sola. La señora Zhang, tan fina, pulcra y elegante. Casi divina, pero con el alma mas mortal que se puede imaginar.

Una alma mortal. Así de repulsiva es.

Pero, ¿Cuál es su odio? ¿Por qué lastimarla a ella? ¿Por qué lastimarlo a él? ¿A su propia sangre?  ¿Por qué hacer infeliz a su propio nieto?

Simples temas de dinero y el que Plutón fuera uno de los magnates mas sospechosos del mundo con la duda entre toda la Élite de como consiguió su fortuna era algo que ella no podía permitir mezclar con el apellido Zhang.

Pero, ¿Por qué?

Yo no tengo la respuesta.

—Abuela —la llamó Frank entrando a la sala— Te pido que mañana no hagas nada, por favor

La mujer se giró y vio a su nieto.
—¿Crees que arruinaría tu boda?

Él dudaba mucho sobre que responder.

—Solo quiero que ella tenga un recuerdo feliz

—No le hare nada

—Júramelo

—Te lo juro —y le sonrió.

Tal vez no le haría nada mañana, pero si que le haría algo. Algo que no tendrá perdón y que le costará caro remediar, si es que hay remedio.

El chico se dio la vuelta y regresó por donde vino. Subió las escaleras hasta llegar a un cuarto iluminado por la penumbra de una sola lámpara.

—¿Ya te dormiste, cielo?

La chica lo recibió con una sonrisa y él solo pudo abrazarla.

—¿Qué te dijo?

—Todo va a estar bien

—¿Seguro?

—Si, nada malo pasara mañana

—De acuerdo —la apretó a su pecho y besó su piel.

—Mañana será perfecto. Tan solo espera

—Tan solo espera —dijo la señora Zhang en la soledad del salón de abajo— Solo espera...

Sperâre [Hazel Levesque. Frank Zhang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora