VIII. Es mía

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● Frank Zhang ●

Caí al suelo cuando la vi arrancar.

—¡¿QUE CARAJOS LE HICISTE AHORA?!

—La bese —contesté.

—¿Que? Déjame agarro señal carnal

—La bese —repetí viéndolo—  Y me disculpe y le dije que podríamos volver a estar juntos porque la sigo amando y le roge perdón mientras le prometía que podríamos estar juntos otra vez

—Ella tiene una hija

—¡Lo tome en cuenta! Le dije que yo querría a esa niña solo por el hecho de quererla a ella —lo note nervioso pero ignore eso—Tengo que encontrarla

—Pues suerte con eso amigo

Pues ojala la suerte hubiera estado de mi lado. Ha pasado un mes y no se nada de ella. Renunció a su empleo y ya no tengo mas manera de contactarla. Me estoy volviendo loco.

La primera semana regrese al kinder a ver si de casualidad la veía pero parece que esta cerrado porque fui en diferentes horarios y en definitiva nadie iba, ¿Tal vez son vacaciones y por eso nadie va?

La segunda semana volví a llamar a su trabajo exigiendo el contacto pero mis intentos evidentemente no lograron nada, inclusive soborne a Dakota (quien se hizo cargo al final del contrato con la empresa) para que me dijera algo de ella, si eran colegas al menos tendría que tener su numero. Pues al parecer era tan buen colega que se negaba a darme cualquier dato de ella.

Para la tercera semana estaba cayendo en principios de la locura cuando aceptó la solicitud en la cuenta falsa de Instagram que creé. Dioses ver sus escasas fotos me hizo desearla mas. De las diez publicaciones que tenia las primeras tres eran fotos de ella sola. Cuatro donde relucía hermosa en su embarazo pero las fechas no coincidían ya que tenían fecha de hace menos de un año y su hija probablemente ya tenga cuatro. La foto numero ocho era cargando a su niña de muy bebé, pero tapándole la cara con la cámara del teléfono al estar frente a un espejo tomando la foto, de nuevo las fechas no coincidían. La nueve era donde la niña estaba mas grande, tal cual como la vi en el zoológico y solo se veía su cabello rizado al igual que ese día con fecha de hace seis meses. Y la numero diez era mi favorita, sus ojos dorados con la luz del sol reflejando en su rostro y su cabello rizado volando en el viendo con un paisaje de campo detrás, la fecha es de exactamente hace un mes.

Y fue que llego la semana cuatro y mi único objetivo era encontrarla ya. Contrate de una vez a un investigador privado y le di cada uno de los datos que sabia sobre mi Hazel en la actualidad y deje el trabajo en sus manos.

—¿Quieres poner atención? —me cuestionó Clarisse.

—Perdón

Rodó los ojos y siguió explicándome el diagrama de ventas. Desde que Chris fue de vieja chismosa con su esposa, Clarisse me ha tratado un poco muy mal. Ella sabia que estaba arrepentido pero parecía saber algo que yo no respecto a eso. Al inicio creí que tal vez ella sabia donde estaba ahora Hazel, pero aun que la interrogara sabia que no iba a ceder, por eso me fui a la carne blanda; Chris era malísimo guardando secretos pero al parecer este lo sabia guardar muy bien porque por mas que lo intentaba y le rogaba, me dejo solo en ese asunto.

—Clarisse me dijeron en administración que no pueden modificar la inversión —irrumpió Chris entrando a la oficina cristalizada.

Sperâre [Hazel Levesque. Frank Zhang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora