Capítulo 18

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Notas:

Quizás quieran ponerse cómodos para este.

Advertencias: clichés y sentimientoooos.

Angrboda se agacha junto al trineo improvisado en el que está acostado Thor

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Angrboda se agacha junto al trineo improvisado en el que está acostado Thor. Sus ojos están muy abiertos pero decididos mientras evalúa el estado de su carga. La mandíbula de Angrboda se aprieta, sus labios presionando en una línea apretada. Zarcillos de magia en tonos dorados emanan de sus dedos y se entrelazan debajo del cuerpo arrugado de Thor.

Loki revolotea inquieto, tirándose de su propio cabello.

―Por favor, sé gentil ―gime Loki.

Angrboda gruñe en respuesta. Usando su seidr para soportar la mayor parte del peso, con cuidado, levanta el cuerpo de Thor fuera del escudo. Es insoportable ver a Thor tan flácido, tan sin vida. Thor, una vez rubicundo y saludable, es canoso. Parece pequeño en los brazos de Angrboda. Frágil.

―¿Puedes salvarlo?

―Es demasiado pronto para saberlo ―dice Angrboda sin aliento―. Lo intentaré.

Con Thor en sus brazos, Angrboda se abre paso detrás de la cascada congelada, que ahora Loki puede ver esconder una entrada secreta. Loki trota detrás de Angrboda sin poder hacer nada, porque no puede hacer nada más, y es conducido a una caverna excavada en el acantilado. En la entrada principal se encuentra otro runt con labio leporino, cuya boca se abre ante la escena.

―Hierve unas vendas ―ladra Angrboda. El runt se asusta y corretea para obedecer.

Angrboda lleva a Loki más adentro de la caverna, a través de profundos y oscuros túneles serpenteantes hasta llegar a una pequeña cámara equipada con una cama rústica y una chimenea. Con cautela, Angrboda deja a Thor en el suelo. Una vez que sus manos están libres, dispara un rayo mágico al hogar y lo enciende con un fuego ardiente.

Angrboda hace un gesto hacia la armadura destrozada de Thor.

―Tenemos que quitarle esto.

―Aquí ―gruñe Loki. Alcanza los broches para liberar el peto de Thor, y Angrboda sigue su ejemplo. Loki trata de no notar la sangre apelmazada debajo de sus uñas, que ahora se torna de un feo tono óxido, ni la forma en que sus manos están temblando. Juntos, logramos desabrochar el peto y levantarlo. Debajo está la camiseta interior acolchada rellena de plumas de Thor, que Angrboda corta rápidamente con un cuchillo extraído de lo profundo de su capa. Angrboda simplemente rasga la tela de la camiseta de Thor con sus manos, revelando el pecho desnudo de Thor, la totalidad del cual es un azul púrpura negruzco profundo: el resultado del golpe final de Helblindi.

Ante eso, Loki comienza a llorar en serio. Llora como si nunca hubiera llorado en toda su vida. Traga aire desesperadamente y todavía siente que se está ahogando. Su corazón se acelera con la adrenalina. Todo su cuerpo tiembla violentamente. Thor no puede morir. No puede.

Crisálida - Thorki -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora