21. | Donde inició y terminó

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Labios de cereza, cielos de cristal...

Hacer trabajo comunitario no es tan malo. 

Digo, después de todo lo que tuve que pasar estos últimos meses, obviamente puedo lidiar con algo como esto.

A pesar de que la familia Kirschtein no puso ningún cargo en mi contra, si lo hicieron los Ackerman. Mikasa estaba furiosa por su suspensión, así que se le ocurrió la "brillante" idea de mandarnos a juicio a pesar de lo único que había hecho en contra de ella fue difamación.

Recordar esos días solo me da un horrible dolor de cabeza, en verdad no tengo idea de como habría podido salir de toda esa situación de no ser por Annie. Una vez más, le debo todo a su familia. Me proporcionó un abogado casi tan bueno como el de Mikasa, me acompañó a juicio y estuvo conmigo durante casi todo el proceso.

Al final, salí libre de todo cargo. Y lo mejor de todo fue que Mikasa tuvo que pagarme A MÍ por intimidación y daños psicológicos.

Apenas pude ocultar mi sonrisa cuando el juez dictaminó la sentencia. Creo que Mikasa me odió más que nunca en ese momento, pero podría decirse que fue mutuo.

De lo que sí no me pude salvar fue de que mis padres se enterasen de todo el asunto. Mamá es el ama de llaves de los Leonhart, y papá nos transportaba todos los días a Annie y a mí hacia el juzgado.

Ninguno de los dos me dirigió la palabra en todo el proceso. Colt intentó animarme, dijo que no estaban tan molestos, pero no le creo.

No es como si tuviera una buena relación con mis padres, de todos modos.

Así que así fue como terminaron mis aproximadamente 5 minutos de gloria en el baile. Conmigo en juicio, haciendo trabajo comunitario con mis amigas, incluso más decepción para mis padres, Jean ileso en otro país y Armin si hablarme.

Excelente, Olivia. Excelente...

Me he pasado los últimos 3 meses intentando poner de nuevo en orden mi vida, ahora más que nunca debo cuidar cada uno de mis pasos. Me jugué mi futuro con mis acciones, no pienso cometer el mismo error dos veces.

— Liv... ¿Necesitas ayuda?

Aunque el error venga corriendo hacia mí.

Arrastro los botes de basura con la vista fija en el suelo mientras me esfuerzo por hacer como que no he escuchado.

— Liv... — vuelve a llamarme — Hola.

Se para frente a mí, haciéndome imposible ignorarlo disimuladamente. Reprimo un suspiro.

— Hola, Porco. — me obligo a sonreír.

Tiene puesto el uniforme del equipo: un jersey rojo y negro con el logo de Paradis, las hombreras que lo hacen ver más grande de lo que ya es; y el casco, unas gotas de sudor se derraman por su frente cuando se lo quita. Está en plena práctica de fútbol. A nuestra derecha puedo distinguir el campo de entrenamiento con el resto de jugadores tomando un descanso.

Se supone que no deben salir del campo hasta que la práctica se haya acabado, Colt dice que el entrenador Maghat es muy exigente con el entrenamiento, pero Porco siempre busca excusas para salteárselos.

— Me preguntaba... — avanza a mi lado con gesto despreocupado — ¿Estás libre esta tarde?

— No. — hago una parada para tomar aire, los cubos de basura pesan demasiado y aún me faltan varios metros hasta el reciclador donde debo llevarlos — Después de esto tengo que correr para llegar al trabajo y redactar un ensayo en el camino.

stolen kisses | armin arlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora