05. | Hundida

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Puedes decirme cuando termine,
si los buenos momentos superaron el dolor.

Estoy en clase, tan solo un par de horas más tarde, cuando recibo un mensaje de Jean.

" ¿Podemos hablar? Te espero en el gimnasio."

Doy un suspiro. No quiero perderme la clase, pero también sé perfectamente que nos urge una charla cuanto antes.

Volteo hacia Sasha y Mikasa. Ambas llegaron también casi por la hora del almuerzo, probablemente junto con Jean y los demás, Sasha tiene un aspecto lamentable la piel pálida y reseca, y con un montón de ojeras, casi como si no hubiera dormido en semanas, pero Mikasa se ve radiante. Casi demasiado feliz a lo habitual.

Por qué será...

— Chicas... — les paso la voz, ella alzan la vista hacia mí.

— ¿Me pueden pasar los apuntes luego? Saldré un rato de clase... Porque no me siento muy bien...

— Si, claro. — contesta Sasha y Mikasa solo asiente a su lado, aún perdida en sus pensamientos.

—Gracias.

A pesar de saber que sólo me usan para sus "recados" no puedo alejarme de ellas, son mis únicas amigas aquí, si me distanciara me quedaría completamente sola.

Además, tampoco son tan malas, aveces Mikasa es un poco malhumorada y parece querer controlar todo, pero en definitiva hay peores personas. Así que puedo seguir perfectamente como hasta ahora. Aunque en verdad me gustaría tener amigos reales.

Pero para eso tengo a Annie y Colt, supongo. 

Salgo del aula de clases. Me dirijo a paso lento hacia el gimnasio, jugueteo un poco con mis dedos. Me da pánico que de alguna u otra forma Jean se haya enterado de lo que pasó con Armin, sobretodo porque me siento culpable por haber almorzado con él; y otra vez tengo aquella horrible sensación de que estoy traicionando a Jean o algo parecido, pero también estoy enojada por todo lo que sucedió ayer en su departamento, así que no tengo la menor idea de como actuar frente a él.

¿Tal vez solo lo debería dejar pasar?
No fue tan malo después de todo....

El gimnasio está vacío. Paseo un poco por el lugar, hay algunas pelotas de basquet y futbol americano tiradas por el suelo, pero por todo lo demás no hay nadie. Me dirijo hacia las gradas, saco mi celular para mandarle un mensaje a Jean preguntándole donde está.

Alguien me agarra de la cintura apegándome a la pared de improvisto, doy un gritito que de inmediato queda silenciado por los labios de Jean. Me permito relajarme un poco al notar que es él, me está apretando fuertemente entre sus brazos, casi sin dejar que me mueva. Intento liberarme de su agarre.

— T-tengo que volver a clase... — logro murmurar apartándome un poco de sus labios.

— Puedes faltar. Ayer no tuvimos tiempo para hacer nada.

Ya estoy negando con la cabeza. No puedo faltar más, mis notas son promedio, no puedo permitirme calificaciones bajas o podría perder la beca. Pero Jean no sabe eso, aunque tampoco creo que le importaría, nunca me ha preguntado como conseguí la beca en primer lugar.

Jean besa mi cuello, haciendo que suelte un ligero jadeo.
Él sonríe, satisfecho con mi reacción y vuelve a besarme un poco más.

Me doy por vencida con un ligero sentimiento de culpa. Me relajo entre sus brazos dejando que me bese como quiere. Sé que debería apartarlo y hablar con él sobre lo que pasó ayer. Pero no lo hago.

stolen kisses | armin arlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora