17. | No nací en cuna de oro

2K 230 346
                                    


Por un momento nadie dice nada. Puedo observar como el rostro de Mikasa poco a poco se va tornando rojo de rabia, en otro momento me parecería gracioso, pero justo ahora estoy tan asustada que nada me puede dar menos gracia.

Ymir a mi lado se ha quedado inmóvil, al igual que Armin. Tomo aire para continuar.

— En el baile me acerqué a preguntarles por Jean. Y Mikasa me dijo que los había visto a él y Pieck besándose cerca a los baños. Todos lo escucharon.

— ¡ES MENTIRA! ¡YO NUNCA DIJE ESO! — Mikasa se pone de pie mirándome amenazante — ¡CALLEN A ESTA MENTIROSA!

— Ackerman, siéntate ahora. — la reprende la señora Kirschtein.

Tomo aire intentando reunir todo el valor posible, no puedo callarme. Ya tomé la decisión, y necesito culparla a ella, no puedo parar ahora o todos descubrirán que estoy mintiendo. Tengo que continuar hasta el final. Tengo que hacer que todos me crean.

— Mikasa debe tener fotos en su teléfono, — apunto — me lo enseñó diciendo que podía mostrarme pruebas si no le creía.

Al menos eso último si es verdad.

Todos voltean a ver a Mikasa, ella se ha puesto pálida, tiembla levemente.

— N-no sé de lo que habla...

— Por favor, no sean tan idiotas. — Eren suelta un bufido, y aunque intenta verse despreocupado puedo notar lo ansioso que está — Estamos hablando de Olivia ¿En serio le van a creer? Odia a Mikasa, es obvio que solo está diciendo todo esto para inculparla.

Aprieto los labios, lista para refutar. Pero Ymir se me adelanta:

— Entonces si tu querida Mikasa es tan inocente como dices, no tendrá ningún problema en mostrar su teléfono ¿no?

El temblor de Mikasa se ha hecho mucho más evidente, respira agitada y puedo ver una que otra gota de sudor por su frente. Está aterrada. Reprimo un gesto de triunfo, no sabía con exactitud si era cierto que tenía pruebas o no, bien podía haberme mentido. Pero al parecer no lo hizo.

— ¿Mikasa? — la señora Kirschtein la mira significativamente — ¿Tu teléfono?

— N-no.

— ¡Ella no ha hecho nada! — insiste Eren.

— Si no ha hecho nada no tiene por qué estar tan asustada.

— No puedo darle mi teléfono. — Mikasa niega con la cabeza — ¡Es ilegal todo esto! ¡NO ME PUEDEN OBLIGAR! ¡Quiero un maldito abogado y que..!

— Si quieres un abogado tendremos que notificar a tus padres de esto. — Jean la mira casi con un gesto de satisfacción — ¿Quieres que tus amados padres se enteren de lo que has hecho?

— ¡QUE YO NO HICE NADA!

— ¡ENTONCES MUESTRA EL PUTO TELÉFONO!

— Ya basta los dos. Compórtense como los adultos que se supone que son. — la señora Kirschtein da un suspiro resignado — Lo siento Mikasa, pero Jean tiene razón. Estoy dispuesta a ser benevolente contigo, pero si te niegas a cooperar no tendré más remedio que tomar otras medidas. Te estoy dando la oportunidad de zanjar el asunto aquí.

— Pero es que no lo entienden... — Mikasa habla con una vocecita, parece a punto de llorar — Yo no fui...

Nadie se atreve a decir nada. Sasha parece querer desaparecer, Ymir a mi lado se ve bastante emocionada, Armin está tenso pero se mantiene callado. Nadie parece dispuesto a defender a Mikasa a excepción de Eren. Este tiene su mirada clavada en mí, desprende tanto odio que me genera un escalofrío.

stolen kisses | armin arlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora