07. | Charlas de chicas

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¿Así que será para siempre?... 

Pasa el fin de semana. Me la paso trabajando y evitando pensar en Jean.

Antes de irme a vivir con mi hermano, me la pasé buscando un trabajo por todos Los Ángeles, supongo que es algo que debo agradecerle a mi madre. Después de obligarme a trabajar para los Galliard por años, mi listado de experiencia a los 20 era bastante amplio y facilitaba mis oportunidades para conseguir empleo.

Trabajé de muchas cosas: lavaplatos, camarera en un restaurante en Malibú, dependienta en un par de tiendas de Beverly Hills.. Hasta llegar al que tengo ahora.

Bajo del autobus, camino un par de cuadras, traigo puestos mis audífonos y Mary On A Cross de Ghost suena a todo volumen por mis auriculares, estoy intentando mantener mis ánimos elevados, así que preparé una playlist especialmente para ello, y supongo que hasta ahora está funcionando, me siento hasta casi animada de camino al trabajo.

Llego al cine donde trabajo, es uno de los tantos que hay en todo Los Ángeles, elegí este especialmente porque tengo la certeza de que no me encontraré sirviéndole palomitas a alguno de mis compañeros de la universidad. No suelen transitar estos lugares a menudo, ellos son más de ir al Universal Cinema en Hollywood, definitivamente ellos nunca vendrían al pequeño Stage 26.

Trabajo en el sector de atención al cliente, osea: sirvo palomitas, bebidas e intento convencer a turistas ingenuos para que compren nuestro combo extra grande que es exactamente igual al grande, solo que con diferente empaque.

Me coloco mi uniforme, un delantal bastante arrugado y una gorra con el logo del cine. Me amarro una coleta alta y me preparo para una "maravillosa jornada laboral" como suele llamarla mi hermano.

Colt también trabaja aquí, solo que él logró ascender a encargado por lo que gana más, pero también pasa más tiempo aquí.
Juro que no tengo la menor idea de como se las arregla con el trabajo, la universidad, preparar la comida en casa y escuchar mis dramas. Yo a las justas puedo con mi vida.

— ¿Escuchaste sobre la niña que dejaron olvidada en la sala 12? — me pregunta Nifa, mi compañera de trabajo — Fue el jueves. Me la tuve que pasar cuidándola toda la tarde, la pobre no dejaba de llorar.

— Oh, eso fue... muy lindo de tu parte...

— ¿A que sí? Con todo lo que me esforcé para que luego sus padres no me dieran nada de propina por haberla cuidado. — suelta un bufido — Hay gente tan horrible....

— Nifa, Liv, dejen de hablar, — Colt se asoma al mostrador — hay una fila interminable de personas que quieren palomitas.

— Normalmente no hay tanta gente aquí — Nifa frunce el ceño — ¿Qué peli se estrena?

— Los Minions.

— Ah, eso explica todo. — Nifa bufa un tanto — Deberían darnos un aumento...

Para cuando mi turno termina, estoy exhausta. Nifa ya se fue hace rato, tiene clases particulares por la tarde, por lo que nunca se queda hasta estas horas. Otra de las razones por la que este trabajo es ideal para mí, es porque puedo elegir que días y en que horarios trabajar, claro, siempre cumpliendo un mínimo de horas. El sueldo no es tan alto, pero es algo.

Ya han pasado unos 3 días desde que hablé con Jean, fue el jueves. Los viernes no voy a la universidad y el fin de semana me la pasé trabajando.

Y él no ha vuelto a buscarme.

stolen kisses | armin arlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora