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-He dicho que me dejes en paz!-

-Maldición Naruto, deja de hacer escándalo!-

-Entonces déjame en paz!-

Los de clan de Hakison miraban al bello doncel rubio enrojecido y dando largos pasos por la ira, y detrás de él al Laird de los Uchiha con un rostro menos intenso, aunque deseaba alcanzar al doncel por algún motivo.

Nadie intervino en la situación. Problemas clásicas de pareja.

El Namizake realmente no deseaba ser alcanzado así que comenzó a correr, seguido del varón que igualmente inició la persecusión. Los comparaciones eran lo bastante claras, el cuerpo alto y tonificado del varón, al igual que sus largas piernas, permitían dar saltos más estirados y estables; y el cuerpo delgado y ágil del doncel le permitía esquivar con mayor rapidez, deslizandose por el campo como si de una ave se tratara.

Ambos amantes se internaron en el bosque, teniendo que esquivar los árboles que bloqueaban el camino, situación que aprovechó el doncel para perder al varón que estaba eufórico y dispuesto a alcanzarle, negandose a hablar con él. Los saltos se redujeron a pasos y de los pasos al alto en seco.

Sasuke miró por todos lados, sin creerse que acaba de perder a Naruto de vista, hace exactamente un segundo había visto los cabellos rubios y el yukata (le explicaron la diferencia de túnica, kimono y yukata) azul y al siguiente segundo, desapareció. Cómo era posible? Era como si la tierra se lo hubiese tragado sin ningún ruido.

Además, cómo era posible al menos no ver los intensos colores en un bosque verde con café?

Estuvo varios minutos buscando a los alrededores, asegurandose de no hacer mucho ruido para escuchar los pasos o la respiración del rubio y no. No había aliento ajetreado por la carrera, no había pasos para escapar del lugar, no había animales que pudieran distraerle con sus movimientos. No había siquiera aves cantando!

Espera, aves?

Volteó arriba y miró la colorida prenda azul muy distinguible entre las ramas oscuras, unos coloridos cabellos que se mecían por el viento y unos ojos azules que lo miraban con intensidad. Estaba en las ramas altas del árbol, quieto... muy quieto, como si no moviéndose podía detener de no verlo.

-Naruto! Qué haces allí arriba?!-

El rubio chilló al verse descubierto.

-Déjame en paz!-

-No, es enserio! Cómo subiste hasta allí?!- gritó su pregunta curioso

-Estuve siete años viviendo en un bosque y estuve los últimos ocho viajando por el mundo durmiendo al aire libre! Tú cómo crees que subí pedazo de imbécil?!-

Sasuke estaba entre el enojo, el estrés y el asombro. Demonios! El árbol no tenía ramas bajas para subir! Ni siquiera los arboles de alrededor tenían ramas bajas.

-Al menos puedes bajar de allí?!-

-La pregunta ofende, bastardo!-

-Baja! Quiero hablar contigo!-

-Yo no!-

El Uchiha estaba pensando en una estrategia para bajarlo. Subir? Él no podía hacerlo. Traer algo para subir? Las ramas más altas no aguantarían su peso y el rubio aprovecharía para huir. Tumbar el árbol? Muy arriesgado. Lo única manera era de que Naruto bajara por si mismo, que solía ser cuando no tenía otra opción o...

-Estás seguro que puedes bajar?!- necesitaba gritar ya que el árbol era muy alto y los vientos no dejarían escuchar su voz si hablaba normal

-Que si puedo bastardo!-

El amor de un doncelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora