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Hoy estaba pensando que en la noche dormiría con Naruto de nuevo pero ya llegó la estorbo y estaba disgustado por eso. Solo esperaba que el rubio rechazara su compañía y le pidiera de nuevo dormir juntos.

Era una completa tortura estar a su lado y no poder hacerle el amor, pero bastante recompensa tenía en el amor que el rubio le había entregado, la confianza que tenía en él y en la imagen con la que siempre se despertaba cerca del amanecer. Mantener su honor y tener su confianza es una hermosa combinación.

Aún tenía un mes para casarse con él y tenerlo a su lado, aunque también debía pensar sobre los rebeldes y en la guerra. Ya habrá tiempo para todo.

-Me permite un tiempo con tu protector?-

Tanto Naruto como Kelly se quedaron confundidos ante el pedido de Sasuke, ya que todas las veces siempre quería estar con el rubio e intercambiar algunas palabras antes de un apasionado encuentro de sus bocas. El rubio concedió el permiso y los dos guerreros se alejaron un poco del doncel, espacio considerable para vigilarlo y no dejarse escuchar al mismo tiempo.

-En dónde te encontrabas?- preguntó una vez que los oídos estaban lejanos

El brillo de confusión pasó a una de diversión, junto con una sonrisa fantasma que logró captar aún a través de la máscara. Negó suavemente con la cabeza, no queriendo dar información de su paradero de los últimos días.

El Uchiha no pudo evitar sentirse molesto ante la reacción de la guerrera.

-Acaso no es capaz de saber cuidar de un espíritu libre e indomable?- preguntó con un ligero tono de burla y diversión en su voz que irritó al gigante, frunciendo el ceño y apretando los labios -Veo que no. Naruto causó muchos problemas en mi ausencia?-

-Los suficientes para saber que eres un incompetente en tu trabajo de cuidar a un doncel tan bello- contraatacó Sasuke, más se enfureció de un modo tan intenso cuando la guerrera no le dió importancia a su insulto

-Volvió a subirse a un árbol?- preguntó con un tono que le reveló que estaba sonriendo -Cuánto tiempo se quedó está vez?- preguntó relajando su voz -Siempre lo hace cuando se siente amenazado de alguna manera. Es algo natural en su forma de ser. Si piensas ser su esposo, necesitas entender que Naruto es todo menos sumiso y delicado. Regula tu conducta o se te caerá el cabello del estrés-

Sin darle tiempo para hablar, la castaña regresó con el doncel que miraba distraído por todas partes, dando a entender que quería saber de lo que habían conversado. Se irritó un poco ya que no le había dado pistas de su paradero y aparte, su claro burla hacia su persona. Ya tenía bastante con ser el guerrero que derrotó a gente de su clan, incluyendolo, ser mujer y protector del doncel que sería su esposo.

Dejó pasar unos minutos en lo que su ira se aplacaba, y volvió a acercarse al dúo viajero, ésta vez para pedir la compañía del doncel. La guerrera se fue, no sin antes darle una mirada de diversión, entre la burla y la satisfacción del momento.

Las emociones negativas que sentía por la guerrera se desvanecieron cuando sintió el tacto dulce, suave y delicado del doncel rubio.

Naruto ya se estaba impacientando. Llevaba días tratando de sacarle alguna palabra dulce a su hilo rojo y solo había recibido hechos físicos. No es que se quejara, pero deseaba saber que no era el único que sentía algo en aquella relación "sin nombre". Bastante tenía con sus besos soñadores, sus caricias calientes y su modo de ser tan dulce que únicamente le dedicaba a él y solo a él cuando estaba con él. Transmitiendo toda su pasión con actos que solo compartían entre ellos dos, sin interferencias ni interrumpciones innecesarias.

Hoy sería suyo, a toda costa.

-Me acompañarías a la cima del cerro ésta tarde?- preguntó cuando pudo darse un descanso de esos besos que le hacían mirar las estrellas pese al brillo del día

El amor de un doncelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora