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"1O"
Ni-Ki nunca había podido esperar una felicidad tan enorme como la que sentía cuando estaba al lado de Sunoo. No creía merecer un novio tan maravilloso. Su sonrisa le causaba mariposas en el estómago, su voz le daba escalofríos y sus labios lo llevaban directo al cielo.
Sunoo lo había sacado de su elevador al infierno.
Ahora solo subía, y subió, y seguía subiendo. Pero tal como la ciencia dice, todo lo que sube tiene que bajar. Y Ni-Ki tenía un enorme nudo en el estómago mientras Sunoo lo veía con preocupación. Tenía miedo, no quería que Sunoo lo dejara, no quería que pensara mal de él. Tenía pánico de que lo odiara tanto como él mismo se odiaba antes.
Dos meses de relación al lado de Sunoo habían sido el cielo, y pronto empezó a creer en las bellas palabras que le susurraba al oído cuando lo sostenía entre sus brazos. Creía que era hermoso, que merecía amor, que era valioso. Pero en ese momento, frente a Sunno, listo para ser juzgado y perder la luz de su vida, no sentía nada de eso. Sentía un miedo frío, cortante y asfixiante.
Se dirigió a la estéreo, pero sintió la mano de Sunoo en su muñeca, deteniéndolo. Cruzaron miradas, Sunoo le veía con amor y comprensión, y eso sólo causó que Ni-Ki quisiera llorar.
“No más estéreo, Nini. Dime todo.”
“No quiero que me dejes...”
“No te voy a dejar.”
“Y-yo... Está bien.”
Con un suspiro, clavó la vista en su regazo, respiración irregular, y ojos picando. Tomó una profunda inhalación e irrumpió el silencio del lugar.
“Sunoo, hace años yo conocí a un chico llamado TaKi.”
