47

130 13 8
                                    

"47"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"47"

Jungwon sintió que moría esa noche. No pudo levantarse, así que se quedó tendido en el suelo. Sentía que con cada movimiento, los vidrios en el suelo encajaban en su costado se encajaban en su costado izquierdo, así que trataba de no moverse demasiado. Jay lo había dejado. Finalmente, estaba pasando. Lo que temía desde el primer día en que el mayor abrió la ventana de su cuarto y le ofreció entrar, no sólo a su casa pero a su vida.

Cada que se iba a dormir con temor de que fuera su último día juntos, despertaba con miedo de que Jay le dijera que debía irse. Pero esta vez, él no estaba preparado, y no contaba con que fuera Jay el que se fuera. Porque ya había olvidado esa sensación del terror. Se había acostumbrado a la presencia del pelinegro cuidándolo en todo momento. Lo había dado por sentado, creyendo que era imposible para ellos separarse.

Y sinceramente no entendía lo que había hecho mal.

Lo había querido, muchísimo. Le había entregado su corazón, enamorándose de su sonrisa y sus caricias. Le había dado su cuerpo, permitiendo que hiciera con él lo que nadie más. Le había regalado su alma, contándole sus mayores temores y traumas, y dejando que el mayor se encargara de cuidar las tres cosas. Pero ahora que se las había regresado, no sabía qué hacer con ellas.

Y extrañaba a Taki.

Jay había ayudado a que sintiera de nuevo esa sensación de protección que había perdido cuando Niki mató a su mayor héroe. Sentía como si perdido a Taki nuevamente porque aunque hubiese sido hace años, recordaba su voz tan melódica, cantándole para que durmiera un rato en sus piernas. Dándole comida caliente, bebidas frías  un hombro donde llorar, un abrazo en el que protegerse. Nadie antes lo había tratado así, nadie le había dado lo que Taki.

Incluso si quería a Jay, el chico nunca pido cololacerlo como debía. Quizá porque era más chico que Taki, o porque Jay quería cuidar tanto como él mismo. Y Jungwon no era bueno cuidando a otros, así que tampoco podía satisfacer a Jay. Jungwon supo eso todo el tiempo, pero estaba muy asustado de quedarse solo. Él necesitaba a alguien que pudiera amarlo verdaderamente, cuidando sus partes rotas.

Jay no lo iba a admitir, pero no lo amaba. No en realidad. Había cariño, claro que sí, junto a una mezcla de empata y lástima. Eso no era amor, no era lo que Taki le daba. Taki no lo veía como menos, como alguien que necesitara ser reparado, sólo cuidado. Una parte suya s ealegraba de Jay, porque por fin podría encontrar a alguien que lo mereciera, a alguien que lo cuidara y lo guiara; porque Jay estaba confundido constantemente. El pensamiento hizo que Jungwon riera un poco, su cuerpo temblando por el frío y la sed.

Sabía que debía levantarse y limpiar, cuidar sus cortadas literales y psicológica. Cuidar lo que Jay le había regalado. Debía estudiar, debía trabajar, debía crecer y ser un adulto. Pero no podía, estaba demasiado asustado y necesitaba ayuda. Así que permaneció en el suelo, lágrimas dejando sus ojos para escurrir por toda su cara hasta caer en el piso o mojar su pelo. Jungwon se veía patético sin casa y con casa, es lo único que podía pensar.

𝐍𝐞𝐱𝐭 𝐃𝐨𝐨𝐫 ♔︎ 𝐒𝐮𝐧𝐊𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora