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"35"
Sunno sabía que a su novio no le iba a gustar que fuera a un encuentro con Jay, pero tenían muchas cosas que resolver. Y si Niki iba a asamir con Jake, no tenía que dejarlo solo, era el momento perfecto.
"Voy a tratar de no tardar mucho, unas dos horas. ¿Vas a salir con HeeSeung o algo?" El menor se encontraba recorriendo el departamento en busca de sus llaves desde hace cinco minutos, Sunno lo observaba con diversión, sentado en la cama.
"No estoy seguro, cualquier cosa, te mando mensaje." Niki asintió, encontrado su llavero entre los cojines del pequeño sillón, y se acercó a él para despedirse.
"Te amo mucho, Sunno."
Con una sonrisa, el mayor se levanto y tomó al pelinegro por los hombros hasta que chocaron. La mirada de Sunno se detuvo en los labios de Niki, pero no se acercó a besarle. En cambio, rozó sus labios; jugueteando desesperando a Niki, que quería que lo besara de una vez.
"Si tanto lo quieres, sólo bésame." Susurró el más bajo con una sonrisa de lado, viendo el ceño fruncido de su pareja.
"Entonces párate de puntillas, carajo." No pudo contener una carcajada y las mejillas de Niki se sonrojaron. Si algo avergonzaba a su novio, era tener que agacharse un poco para besarle.
"Kiss me, Nini." La voz de Sunno hablando con ese acento era la debilidad del menor y sin importarle el orgullo, se agachó, rodeando la cintura de Sunno para apoyarse, y chocando sus labios con ferocidad.
El más bajo sonrió al sentirse ganador, pero su triunfo no le duró mucho cuando sintió un apretón en su cintura haciéndole dar un saltito y que Niki lo hiciera enredar sus piernas en su cintura, dejando su trasero justo encima de su entrepierna y sacándole un jadeo. Se separó del beso para detenerlo, pero el pelinegro prosiguió con los besos por su mandíbula y recorriendo su cuello, besando en los lugares correctos.
"Pensé que tenías que... Fuck, stop... Jake te e-espera." NiKi dio dos pasos hacia atrás, sentándose y dejando a Sunno en su regazo, continúo mordiendo un área cercana a su clavícula. Cuando escuchó los sonidos húmedos, supo que había dejado una marca que no iba a tardar en ponerse roja.
El menor empezó a recorrer el pecho de Sunno lentamente, acariciando en todos lados. Con cuidado, empujó a Sunno hasta que la espalda de éste chocó contra el colchón, y Niki empezó a mecer sus caderas descaradamente. Se inclinó para morder el lóbulo del otro, dejando los jadeo salir justo al lado de su oído y causándole mol sensaciones a Sunno.
"Dime, Sunno, ¿Extrañas que este dentro de ti?"
La simple pregunta fue provocativa, pero el tono con el que Niki lo pronunció, sumado a la fricción constante, mando un recorrido de placer al mayor, que le hizo cerrar los ojos y echar la cabeza atrás con la boca abierta.
