𝐍𝐞𝐱𝐭 𝐃𝐨𝐨𝐫 ♔︎ 𝐒𝐮𝐧𝐊𝐢

25

"25"

Era un día especialmente frío. No se esperaba nada menos a principios de noviembre, y la verdad es que a Sunoo no le molestaba. Los climas fríos eran una de sus cosas favoritas, mejor que el calor pegajoso y abrumador. Ese día en específico el japonés se sentía muy nostálgico. Estaba nevando y él se encontraba paseando por las oscuras calles alumbradas sólo ñor farolas cada tantos metros.

Aun recordaba la mirada que Ni-Ki le había dirigido cuando dejó su departamento esa tarde. Ellos no peleaban, en realidad, preferían hablar las cosas con calma. Esa vez no había sido la excepción, pero pese a eso, Sunoo había dejado ese lugar con un sabor alargo en la garganta. No entendió cuál había sido el problema, porque para él no era un gran asunto.

Sunoo siempre había sido una persona sociable y amistosa, a donde fuera, él hacía múltiples amistades. Su novio lo sabía mejor que nadie, y aunque eran diferentes, eso es lo que los había juntado en primer lugar. Se detuvo frente de la pequeña cafetería acogedora y dirigió su mirada al cielo, un copo de jueves cayendo sobre sus mejillas sonrojadas y derritiéndose ante el calor que su piel irradiaba.

“¿Pero por qué tienes que ir?” Murmuró Ni-Ki sentado en su cama, mirando al suelo fijamente.

“¿No lo entiendes, Nini? No tengo que ir, es sólo que quiero...” Sus palabras no habían sido de ninguna manera con la intención de herirlo, pero la mirada en su rostro le indicaba que eso es lo único que había conseguido. Tragó saliva sintiendo un pinchazo de culpa atravesarle. “¿Por qué te molesta tanto? Es agradable, sólo quiero que seamos amigos.”

Ni-Ki negó con la cabeza sin contestarle nada, y Sunoo suspiró, podía quedarse, podía decirle a JongSeong que algo se había presentado, que ya no podía ir y listo. Pero eso... ¿Dónde dejaría eso su relación?

Salió del departamento dándole un suave beso en los labios al menor.

Entró al lugar con una sonrisa. Había hecho lo correcto. No podía condicionar su relación así. Ellos no se decían a quien podían hablarle o cuándo podían salir con amigos. Esa no era una relación saludable, y aunque eso hiriera a su novio de momento, sabía que a la larga estaba cuidando de su relación.

Vio al otro chico ya esperándolo en una mesa y le saludo agitando la mano mientras se acercaba a él. Tomó asiento justo en frente y JongSeong le acercó una malteada de vainilla que ya le esperaba en la superficie.