Zān VIII

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Avisó Importante!

Este capítulo contiene momentos de extremo cuidado a la hora de leerlo, por favor, lea bajo su propia responsabilidad.


























Rhaenys y el estaban sentados a las afueras del castillo, parecían estar en desacuerdo en varios asuntos y eso era un problema.

- Si caso a mis nietas con Jacaerys y Lucerys... Ambas serán mujeres poderosas, ¿Por qué no estarías de acuerdo con eso?- La mujer lo busco para recibir consejo y se sintió extrañado al ver qué no estaba de acuerdo cuando parecía ser algo donde todos salieran ganando y el rubio no podía decirle que era para que Lucerys no sé casara con nadie.

- Rhaenys... Si tu los comprometes ahora... Eliges un bando en una guerra que aún no comienza.- La mujer sabía a lo que se refería.- Cuando Viserys... Cuando el muera, Rhaenyra deberá tomar el trono con Daemon... Siempre que Alicent no se lo robe... Porque los Hightower solo buscan que Aegon acabe en el trono y cuando eso pase... Nosotros estaremos en el medio y ambos sabemos que mantenerse neutral no será una opción.- La mujer sabía que tenía algo de razón, pero miro intrigante al rubio.

- De que lado vas a estar?- Quiso responder que de ninguno, pero cuando pensó en Lucerys, supo que no podía solo huir cuando todo estallara, pues quería ser el hijo de Viserys y que cuando el muriera estar del lado de sus hijos, pero al mismo tiempo quería estar con Rhaenyra, pues ella siempre lo recibía con cariño...

- No lo sé.- Rhaenys sintió las palabras cargadas de sinceridad y asintió.- Rhaenys... Yo... Tengo un problema.- Necesitaba hablarlo con alguien y pensó que ella era alguien que podría llegar a entenderlo.

- No necesito que lo digas.- Zachary casi pudo sentir su corazón detenerse al escuchar eso.- Se como te sientes.- La mujer le sonrió y tomo su mano.- Aunque no lo creas, se que no puedes ver con los mismos ojos a una mujer y a un hombre.- El rubio bajo la mirada.- No debes temerme, no voy a hacerte nada... Es normal.- Le aseguro pasando su mano por su espalda intentando reconfortarlo.- Debo ir a la sala del trono... Tu también deberías... Lucerys y Rhaenyra van a necesitar tanto apoyo como sea posible.- Rhaenys se levantó, no queriendo continuar con el tema debido a la incomodidad del rubio.

La mujer caminó dejando atrás al joven Targaryen...
Zachary suspiró, hablar del tema lo había llevado a pensar en Rhea y no pudo contener las lágrimas. Extrañaba a su madre y Rhaenys no podía reemplazarla por mucho que lo amara... No tenía tiempo para pensar en Rhea ni en el porque los dioses lo maldijeron al haberlo hecho así, debía ir a la sala del trono y estar junto a Lucerys.

Se limpio las lágrimas y se preparó, algo debía hacer para impedir que Vaemond se saliera con la suya, pues Otto iba a mantenerse del lado del maldito Vaemond Velaryon y el iba a asesinarlo si era necesario. Se detuvo a pensar que demonios podía hacer y tuvo una idea loca... Tenía que intentarlo, pues era el último recurso.

Camino a paso rápido hasta la habitación de Viserys, debía pedírselo... No tenía derecho a hacerlo, pero debía y si lo lograba, el estaría del lado de Rhaenyra. Llego a la puerta y escucho voces, varias, por lo que entro preocupado pensando que tal vez alguien intentaría hacerle algo al Rey.

- Le prohíbo estrictamente hacerlo, Majestad, no puedo permitirle salir de aquí, su cuerpo no puede hacerlo.- Ese era el maestre.

- Yo... Yo soy el Rey... Y haré lo que quiera Maestre.- Hablo Viserys con dificultad, pues tenía problemas para respirar.

- No voy a permitir que lo haga.- Le dijo el maestre, Zachary debía admitirlo, era un buen maestre, pero en ese momento no le era útil.

- El Rey no le pidió permiso, Maestre.- El hombre se vio sorprendido, ¿Cómo podían los Targaryen permitirle lastimarse de esa forma?- Hágase a un lado o me encargaré de que lo hagan comida de dragón aún estando vivo.- Si no sé movía no iba hacer tal cosa, iba a darle una bolsa de oro.

D Y N A S T Y (Lucerys Velaryon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora