Zān XIV

2K 224 18
                                    

Daemon y el estaban junto a lores y maestres, planeaban sus movimientos.

- Lord Corlys Velaryon partió está mañana.- Dijo un Maestre.

- Sabemos hacía donde?- Pregunto Zachary.

- Lo siento, mí principe.- Se disculpó el maestre.

- Debemos pensar cuidadosamente en nuestros aliados.- Dijo Daemon, mientras un desgarrador grito inundaba todo el castillo, pues Rhaenyra había iniciado labor de parto.

- No haremos nada hasta que mí madre no esté con nosotros.- Jace habló, el hombre lo miro detenidamente.

- Los Verdes no están esperando a nadie.- Soltó Zachary.- Probablemente ahora están tomando a quienes juraron lealtad a la Reina y si no cambian de bando, perderán la vida, también debemos proteger a nuestros aliados.

- Entiendo la lealtad, Jace, pero no podemos esperar a la reina.- Afirmó Daemon.

- No me oyeron? No se hará nada hasta que la Reina este presente.- Zachary miro a Daemon y este asintió.

- Príncipe, acompañeme, le enseñaré el significado de la lealtad.

El castaño siguió a Daemon, no tenía deseos de seguirlo o de ver la lección que iba a darle, no cuando su madre sufría para dar a luz a su hermano.

Zachary observo como abandonaban la sala y observo a los guardias, maestres y algunos lores que estaban ahí.

Lucerys estaba presente, al igual que Baela y Rhaena. Los tres pensaban cumplir las órdenes de Rhaenyra, pero Zachary no tenía tiempo para eso.

- Envíen esos cuervos, cuando Rhaenyra esté lista, debemos ya saber que hacer.- Los hombres asintieron.- La guerra inició y nosotros aún no estamos listos para debatir estrategias ni alianzas...- Todos miraban la frustración del menor.- Hagan lo que mí padre ordenó.- Las palabras salieron de su boca luego de un segundo de pensar.

Algunos comenzaron a retirarse rápidamente para acatar las órdenes, mientras Zachary suspiraba y apretaba sus nudillos haciéndolos tronar.

Todos vieron una faceta que no conocían de Zachary, parecía listo para dirigir, pero una mujer apareció, al mismo tiempo que Daemon y Jace.

- El príncipe nació muerto.

Zachary no pudo sentirse más desconcertado entonces, no tenía grandes deseos de tener otro hermano, pero demonios.

Daemon se petrifico, no dijo nada, no hizo nada, solo pudo caminar escaleras arriba para buscar a su esposa.

El destino era una cruel perra y se avecinaba con fuerza, rápido e hiriente como una daga.

Viserys fue la primera daga, el bebé la segunda y la tercera estaba a la vuelta de la esquina, pero nadie lo sabía...













Habían sido unas pocas horas desde la noticia y ya habían organizado el funeral.

No había vino, ni personas hablando como en el funeral de Laena, era algo silencioso, con Daemon y Rhaenyra frente a la hoguera donde estaba el diminuto cuerpo de su hermanito rodeado de telas funerarias.

No pensó ni por un segundo en la idea de que eso ocurriera y por eso se sentía horrible.

Estaba vestido de negro como un funeral reclamaba, no se atrevió a acercarse a nadie, estaba tan alejado como podía, incluso más que Rhaenys.

Nuevamente sentía esa impotencia en su interior, esa que la hacía querer lanzarse desde Valkyrria y dejarse morir. Esa que lo hacía enloquecer.

No podía imaginar lo que estaba pasando Daemon, se sintió tan triste por la idea de que la ruda y dura roca de hielo que era su padre sufriera.

D Y N A S T Y (Lucerys Velaryon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora