Zān XXXII

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Según los mapas y el viento, ellos deberían estar a 5 días de viaje hacía las islas, ahora lugar para que los piratas gasten su dinero, beban y descansen en tierra firme.

Zachary continuaba sufriendo su partida, pero ya no quería llorar, pues el se iba, no al revés.

El viento soplaba moviendo al barco, no se movían a gran velocidad, pero al menos el viento era favorable.

La idea era no detenerse hasta llegar, pero el mar tenía planes para ellos.

La primer semana fue dura, a cada noche una tormenta azotaba al trío de barcos y durante el día el viento soplaba lento.

Era como si los dioses le decían que no debía irse. Y pensarlo lo volvía loco.

Para su suerte, no hubo conflictos, ningún barco enemigo que los atacará y eso le daba tiempo a enseñar a la tripulación a pelear para ser los mejores espadachines.

Indivar era el que más problemas tenía para eso, pues la espada parecía no encajar en su mano y pesarle más que levantar el ancla.

Zachary iba a enseñarle lo mejor que podía, pero si sus habilidades iban encontra de ser un gran guerrero, buscaría la forma de que pudiera protegerse de otra forma.

Usar una brújula se volvió algo importante, por lo que debía aprender a usar una. Pero primero conseguir una era más importante.

Según la información que le brindo Rhaenyra, Laenor se había ido con su amante en busca de libertad y aventuras como piratas.

En cierta parte, lo admiraba, el había dejado todo atrás con la persona que amaba. Lo culpaba por dejar todo atrás, pero lo admiraba por hacerlo.

Tal vez si los dioses lo permitían, el abandonaría todo por amor junto a Luke. Si la situación se presentaba, el lo haría sin problemas.

Cuando los tres barcos se enfrentaron a 4 barcos piratas que escucharon de mucho oro, la sangre corrió con facilidad.

Los 4 barcos sucumbieron y todo lo de valor fue tomado por ellos.
Comida, ron y oro, lo esencial para todo pirata.

Zachary encontro una buena brújula, traicionera pues a veces apuntaba al norte cuando era el sur.

Así los días pasaban y pasaban, para Zachary se volvió rutina dirigir, atacar y enseñar.

Pero cuando unos 9 barcos los atacaron y a duras penas lograron ganar, supo que era hora de buscar ventaja, pues los barcos que atacaban cada vez eran más y más.

Y lo que más había en ese barco, era el ron. Había días que luego de una batalla bebian para celebrar y otros que solo estaba esperando a ser tomado.

Entonces lo convirtió un un arma. Comenzaron a utilizar las botellas con tela encendida en fuego lanzando a los barcos, generando explosiones de fuego en la madera, por lo que se hundían rápidamente.

Eso volvió más rápido las batallas, no había abordajes ni muertes para su bando, sino una defensa sólida basada en el ataque.
Los barcos ardían como si fueran una hoja de árbol seca.

Era como si sus dragones lo siguieran, pues solo dejaban cenizas a su paso.

Luego de unos meses, los barcos huian al verlos, en su barco era gracioso y causaban mucha euforia, los hacía sentir invencibles el ver como escapaban de ellos.

La vida en el mar se volvía fácil para Zachary, al menos un poco más fácil era.

Las pistas de Laenor parecían desvanecerse en el agua cada que avanzaban, pues era llegar a una isla y preguntar por alguien con pelos de escoba, pero parecía no haber ninguna pista.

Pronto Zachary cumpliría 24. Pasaría el día en su camarote bebiendo ron que no deseaba beber y tratando de ahogar en su garganta las palabras del regreso a casa.

Indivar tenía cierta preocupación por su amigo, parecía ido muchas veces, como si se hubiera quedado en la costa de Dragonstone.

El había estado presente cuando beso al chico frente a todos y ahora lo había abandonado cuando apenas regresaba.

No entendía mucho que sucedía con su amigo, pues si deseaba quedarse podría haberse negado a hacer a esto.

Sabía que era honorable, por lo que entendía porque no se negó, pero era demasiado honorable.
Lo estaba consumiendo por dentro y era fácil de notar.

No sé expresaba de ninguna manera, no hablaba y tampoco lloraba y eso era una mierda.

No sabía cómo curar sus propias heridas internas, tampoco como las de Zachary y eso lo estaba volviendo loco, pues su amigo lo tenía muy preocupado.









































Holaaa

No me gustó mucho el cap, pero estoy un poco apagado y no logré escribir algo que me gustará más.
Sepan perdonar y nos vemos mañana.

D Y N A S T Y (Lucerys Velaryon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora