Zān VII

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.Las noches largas eran las más horribles... Aquellas noches en las que sus pensamientos eran demasiado venenosos incluso para el mismo veneno.

Las noches en las que sus pensamientos cargaban todo el veneno posible y era realmente doloroso pensar en todo lo que decían. Los pensamientos de la noche se clavaban en el como si fueran puñales y era complicado quitárselos.
El pensar en su cuerpo era una daga muy recurrente, al igual que sus gustos y también el futuro...

¿Qué iba a hacer cuando Daemon arreglará un matrimonio y su afinidad por los hombres se volviera un problema? ¿O qué iba a suceder cuando encontrará a alguien como el y no le gustará su cuerpo? Lloraba algunas noches cuando se veía superado y eso duraba horas...

Esa noche no era el caso, no derramo lagrimas, pero no logro quitarse los pensamientos... No logro detenerlos y mucho menos conciliar el sueño, por lo que no durmió nada, se había despertado con un nivel de enojo que no reconocía en el mismo. Perfecto para el día que iba a suceder.

¿Como iniciar el día? Yendo a buscar tu desayunó y escuchar que Vaemond Velaryon reclamo Driftmark y hoy el Rey, o al menos Otto, iba a escuchar los diferentes reclamos y eso significaba una cosa, una reunión familiar muy incómoda se avecinaba y más considerando que Aemond entrenaba en el patio y dos cabelleras castañas muy curiosas se acercaban.

Siempre se enteraba de las cosas demasiado tarde. Decidió bajar a ver que Aemond no se le acercara a los hermanos Velaryon, pues claramente no era algo de lo que todos iban a salir ilesos.

Probablemente las malas lenguas hablaban a menudo de Zachary Targaryen, pues nunca se detenía a hablar con nadie que intentará al menos saludarlo por los pasillos. Llego a dónde alguna vez Arwing Strong manejo la lengua de Ser Creston con los puños.

- Bien hecho mí príncipe, ganará torneos muy pronto.- Escuchó y supo que hablaba Ser Creston, por lo que se acercó.

- Me importan una mierda los torneos.- Aseguro antes de desviar la vista.- Sobrinos...- Eso claramente era una mala señal.- Vinieron a entrenar.- Aseguro Aemond, dando un paso al frente, aunque no avanzó cuando Zachary se colocó detrás de ambos.

- Buscas un buen oponente, primo?- Pregunto Zachary atrayendo la atención de todos y sorprendiendo a Lucerys y Jacaerys, quienes se voltearon a verlo.

Aemond se quedó con la palabra en la boca, pues las puertas se abrieron dejando entrar a alguien que Zachary no sé molestó en esperar o siquiera reconocer, pues tomo a ambos de las capas y los arrastró hasta un balcón lejos de Aemond.

- Cuánto...?- Pregunto con tono realmente cansado.- Una hora, dos?- Continúo preguntando sin esperar respuestas.- Apenas llegan y ya pusieron a Aemond sobre ustedes.- Zachary parecía regañarlos y ambos se veían confundidos.- Escuchen, ambos han estado todo este tiempo en Dragonstone, yo he estado tanto aquí como allá, por lo que se que Aemond es mejor con la espada que ustedes dos juntos y el claramente no quiere fortalecer la relación familiar.- Lucerys recordó la noche en que le quitó el ojo al rubio, realmente no se arrepentía de haberle quitado el ojo, se arrepentía de que eso le haya causado esa cicatriz a Zachary y era algo que pensaba todos los días que veía al rubio a los ojos.

- No puede dañarnos.- Aseguro Jacaerys, que equivocado estaba...

- No lo pongas a prueba, Aegon y Aemond no están muy familiarizados con las reglas.- Zachary suspiro y los miro a ambos.- Esta... "Sucesión" puede salir mal de muchas formas y ambos ya están en el centro del problema, por esto o por aquello, así que eviten los problemas tanto como les sea posible, porque todos aquí son lobos disfrazados de ovejas.- Sabían que Zachary tenía razón, pero ellos no buscaban problemas, los problemas los buscaban a ellos.- Hablando de poca familiarización con las reglas...- Mascullo Zachary, observando fijamente a la cabellera rubia que había impedido que el luchará contra Aemond.

D Y N A S T Y (Lucerys Velaryon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora