꒰ O41 ꒱

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❝separated again❞

Pareciera como si todo hubiera vuelto al inicio. Estaba solo tomando café en aquella cafetería, no sabía si decir que era problemática o no.

Jungwoo no estaba, no tenía con quién hablar o con quién charlar, se sentía algo solo. Desde que TaeHyung se fue comenzó a sentir una extraña soledad, algo que no había sentido de manera tan fuerte ni cuando se fue a Londres.

Allá se sintió solo, por un largo tiempo, pero era diferente.

Tal vez porque era él quien debía esperar por el otro, pero no sabía con seguridad cómo debía sentirse al respecto.

Dio un sorbo a su café, estaba solo y en algún momento tendría que volver a casa. Las cosas por más que tratara de fingir no estaban tan bien, el vínculo que había creado con Nayeon durante tanto tiempo parecía romperse poco a poco.

Sin ninguna razón, sin ningún motivo, no sabía lo que estaba pasando ni cómo iba a pasar.

Pero más importante, no sabía cómo enfrentarlo. Pudo observar a lo lejos cómo una chica luchaba para que su hijo caminara, era un niño pequeño que le calculaba unos cinco años, que lloraba o hacía algún tipo de berrinche.

Y a pesar de saber lo que es un berrinche, sintió alivio al saber que no iba a enfrentar algo así. Estaba cansado, reconoció perfectamente el rostro de aquella chica y de alguna manera no pudo evitar sentirse identificado.

Un rostro de cansancio dónde ni siquiera sabes cómo vas hacer para mejorar todo. No era padre y de algún modo tenía que decir que no lo fué, pero sabe la experiencia de cuidar niñas pequeñas casi como si fueran tus hijas.

A veces cuando ellas se cansan, tú también y no sabes qué hacer.

Porque tampoco existe una respuesta al pie de la letra, sobre qué hacer. Siguió observando, la chica observó a su hijo atentamente y este lloraba en sus piernas.

Paso a paso. Cálmate a ti mismo y luego trata de calmar.

Y de alguna forma mágica como lo repitió en su mente, sucedió de esa misma forma; la chica tomó aire y luego se bajó a la altura del pequeño para luego darle un abrazo, uno largo y decirle unas cuántas cosas en el oído.

Un rostro de felicidad y unas lágrimas que estaban siendo limpiadas por una mamá comprensiva, de alguna manera era lo que podían hacer. El rostro de felicidad del pequeño hizo que su corazón saltará un poco y volteó pensando en qué fue eso.

Miró hacia el par de madre e hijo y ver a la chica sosteniendo a su pequeño entre sus brazos mientras este estaba feliz, le recordó un sentimiento tan cálido y tan lindo que reconocía haber pasado. Momentos así los pasó más con Somi que con Nayeon, ella era la más pequeña y cuando llovía duro siempre llegaba a su cuarto con lágrimas en sus ojos.

Fue un momento que nunca cambió, tuvo que cargarla y tenerla con él mientras le decía lindas cosas al oído para tranquilizarla y como a veces funcionaba; otras veces no.

Su rostro lleno de lágrimas transformándose en uno más feliz, incluso al dormir era algo que hacía sentir su corazón cálido.

Como si su esfuerzo hubiese válido la pena, solo porque ella está sonriendo.

A veces le fue imposible creer que la felicidad de los padres viene de que los hijos sean felices, pero momentos así los recordaba perfectamente y solo podía decir que en ocasiones era cierto.

Mientras ya no hubieran lágrimas en esos pequeños rostros, estaban tranquilos.

Madre e hijo se fueron caminando hacia la otra dirección tranquilamente, pasos suaves buscando un camino del cual él desconocía. Volteó y terminó su café. Tenía que volver a casa.

el novio de Kook² | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora