꒰ O4 ꒱

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Cuando perdemos lo que más amamos siempre tendremos a ver nuestros errores, cuánto nos equivocamos, cómo lo hicimos y lo mucho que habríamos querido resguardar ese tesoro.

Sus pies se posaron en ese lugar repleto de gente; cansado de querer seguir y ocultando los restos de las lágrimas que posaban como decoraciones en sus ojos. Mantenía su cabeza en lo posible abajo para que nadie viera su mal estado, porque aún estaba allí para cuidar a sus hermanitas.

En primer lugar ni siquiera llegó para que pasará eso. Desafortunadamente fue la conversación que tuvieron, el acuerdo que llegaron y el cómo perdió algo tan preciado.

De alguna u otra manera estaba vacío.
Ese problema solo era suyo.

Cuando sus pies se estaban arrastrando por el impecable suelo, se preguntó si lo mejor era seguir allí o irse a su hogar; igual TaeHyung también estaba en ese lugar. Verlo sería un dolor, porque lo perdió, así de sencillo es.

Solo pudo llegar a uno de los asientos que estaban allí, por obvias razones completamente solo para que pudiera dejar de sentirse tan presionado a mantener una sonrisa en su cara. Logró ver sus manos, callos y muchas ganas de lanzar mordidas sobre ellas.

Estaba en un lugar público, no podía hacer eso. Aunque las ganas lo estuvieran matando.

Quería un abrazo.

— ¿Nadie se sienta allí? — una voz agradable y dulce lo hizo reaccionar en dónde estaba.

Una chica alta, linda y con una sonrisa agradable estaba frente a él, observandolo tan directamente que se sintió muy cuestionado. Negó rápidamente y esta no dudo en sentarse a su lado, sosteniendo una copa de champagne.

Sus nervios le pudieron y la observó un poco más, ese vestido que tenía era bastante lindo y su forma de sentarse bastante elegante; nada de estar encorvada como gancho y tampoco tan recta como si fuera un soldado.

Su mente perfectamente le recordó dónde la había visto y más que todo con quién la vio.

Ella.
Esa es la chica que venía agarrada del brazo de TaeHyung.

De alguna u otra manera se puso más nervioso ante ese hecho.

— ¿Estás solo? — preguntó la rubia y asintió — uhm yo también, por ahora. ¿Cómo te llamas?

Esa pregunta repentina lo hizo sorprenderse, solamente se calmó un poco ante la completa extraña, al parecer alguien sociable; algo que él no tiene.

— JungKook, Jeon JungKook.

— Bueno JungKook, yo soy Rosé pero me puedes decir Rosie — mostró una sonrisa.

El pelirrojo solo pensó que era algo así (^^)

En serio, ¿Cuántas personas así iba a conocer ahora?

— Uhm hola Rosie — saludó tímidamente y la chica embozó una gran sonrisa.

Para Rosé la timidez y los lindos cachetitos de JungKook lo hacían ver cómo un conejito tierno, estaba segurísima de que era su fortaleza porque es lindo y además de lindo, tierno.

el novio de Kook² | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora