𝗖𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗴𝗹𝗮𝘀 / 𝗘𝗺𝗶𝗹𝗶𝗼 𝗟𝗮𝗿𝗮

Capitulo 21.

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¿Alguna vez han escuchado que por amor puedes llegar a hacer locuras?

Bueno, no le daba sentido hasta hoy. Pues me encontraba rumbo al estadio donde, según la información valiosa de mi mejor amiga, Emilio tenía un partido importante.
Claramente mi intención no era distraerlo ni mucho menos, pero quería conseguir hablar con él terminando el partido.

Karla movió muy bien sus influencias que nos había conseguido dos boletos en muy buenos lugares. Casi era la misma ubicación donde nos encontrábamos la primera vez que vine al estadio.

Mi corazón se aceleró cuando lo ví saliendo a la cancha, con esa cara de concentración que lo hacía aún más atractivo.
Durante el transcurso del partido, mi mente estaba procesando las palabras que le diría.
No queda arruinarlo, ni mucho hacerlo pensar que era una especie de broma.

Al terminó del partido, el cual no salió con un resultado favorable para el Club, traté de buscarlo con la mirada y hacer señas mientras le gritaba para llamar su atención pero no pude conseguir nada. Se fue directo al vestidor con un poco de desilusión en su rostro, no había dado un mal partido pero simplemente las cosas no salieron.

— ¿Qué hacemos ahora?.— le pregunté a Karla un tanto decepcionada de mi mala fortuna.

— Tengo una idea.— dijo al instante.— Ven sígueme.

Me tomó de la mano e hice caso. Salimos del túnel para dirigirnos a la explanada, caminamos en dirección contraria a la gente que ya se dirigía hacia la salida. Llegamos a una puerta donde al parecer podríamos encontrarnos con los jugadores.

Obviamente no nos dejaron pasar porque no teníamos un gafete especial para que pudieran darnos acceso. Ambas hacíamos todo lo que estaba en nuestras manos para tratar de conseguir pasar, Karla siendo un poco más enérgica que yo.

— Por favor, señor. Mi amiga es novia de Emilio Lara y quiere estar allá adentro para ver a su chico.— dijo Karla.

— ¿Saben cuántas chicas como ustedes han venido aquí fingiendo ser novias de un jugador?.— respondió sarcástico.— No van a conseguir engañarme.

Suspiré dándome por vencida. Era lógico que esté tipo no nos iba a dejar pasar y el plan de mi amiga se venía abajo.

O eso pensaba hasta que escuché una voz bastante conocida.— ¿Regina?.

Una pequeña esperanza apareció cuando ví a Camila acercándose hacia donde estábamos.

— Camila, hola.

— ¿Qué haces aquí? Creí que lo de mi hermano y tú...

No me sorprendió que ella supiera la verdad. Se de los cercanos que son Emilio y Camila, estoy segura que se cuentan todo.

— Decidí venir de último momento porque realmente necesito hablar con él.

— Me alegra escuchar eso.— expresó.— Espero que tú logres sacarlo del vestidor, es el único que falta por salir.

— ¿Por qué sigue ahí?.

— Sus compañeros me dijeron que no se siente tan bien después de la derrota.— contestó.— Pero estoy segura que harás que su ánimo cambie.