Capitulo 1.

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Día agotador. El sol estaba haciendo que mis músculos se cansarán el doble, no eran los ejercicios de mi entrenamiento de voleibol los que me estaban desgastando; más bien era los rayos del sol que golpeaban con fuerza. La entrenadora hizo sonar su silbato anunciando el fin del entrenamiento.
Todas las chicas del equipo fueron a los vestidores para hidratarse, otras echaron carrera por las regaderas. Prefiero ser la última en bañarme antes de iniciar una batalla campal.
Karla, mi mejor amiga, soltó un chillido de emoción haciendo que no solo yo me asustara sino que también llamó la atención del resto de las chicas.

— ¿Qué pasa?. — pregunté.

— Acabo de ganarme una experiencia en el Estadio Azteca. — anunció emocionada.

Karla es súper fanática del fútbol, todo gracias a su papá. Desde que éramos niñas y nos invitaban a fiestas infantiles ella iba vestida con sus jerseys de varios equipos, especialmente los del Club América.
No la culpo, su papá se ha echo cargo de ella desde que su mamá los abandonó quiero decir ¿Qué iba a saber un papá de los gustos de una niña de seis años?

— ¿Experiencia de qué?. — pregunté queriendo entender.

A mí en lo personal, casi no me gusta el fútbol. Me gusta el deporte, si, pero el fútbol paso. Mi familia siempre ha sido fanática del fútbol americano, sobre todo cuando vivimos en Texas por un tiempo y eso por el trabajo de mi papá. Eran constantes las visitas que hacíamos al estadio de los Houston Texas, todos con nuestros jerseys y gorras del equipo.
No somos una familia de mucho fútbol, así que me siento desconectada de ese tema.

— Para el próximo partido podré visitar los vestidores, la cancha y presenciar el calentamiento. — me explicó — Tendría que llegar temprano, pero no importa, lo vale.

Una chica del grupo que estaba escuchando nuestra conversación, intervino. — Promete que te tomarás una foto con Jorge Sánchez. El chavo está guapísimo.

— Lo haré, pero al jugador que no voy a dejar de ver es a Álvaro Fidalgo. — respondió Karla.

Y vaya que si le gustaba ese jugador. Lo tenía de fondo de pantalla, de WhatsApp y tiene una foto de él en su funda. Solo porque usa carpeta y ya estaba decorada porque sino también estaría llena de fotos de ese jugador.

— Me alegro por ti. Espero lo disfrutes. — dije.

— ¿Cuál “espero que disfrutes”? Tú vendrás conmigo.

Solté una risa. ¿Yo? Acompañarla a un estadio de fútbol. Parece que no me conoce.

— No, claro que no. — respondí — Tú ganaste esa experiencia, a mi no me involucras.

— Pero dice que puedo llevar a un acompañante y ese día mi papá estará de viaje. — excusó — Ni modo, te toca.

— Mi hermano tiene partido ese día. Habrá muchos promotores de la LFA, asi que es importante.

Tengo un hermano mayor, lo es por un par de minutos, el nació a las 10:40 y yo las 10:42 de la mañana. Su nombre es Aarón y está dentro del equipo de la misma universidad. Llevamos una buena relación para ser mellizos y el que tenga la oportunidad de dedicarse al fútbol americano profesional me llena de orgullo.

𝗖𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗴𝗹𝗮𝘀 / 𝗘𝗺𝗶𝗹𝗶𝗼 𝗟𝗮𝗿𝗮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora