𝗖𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗴𝗹𝗮𝘀 / 𝗘𝗺𝗶𝗹𝗶𝗼 𝗟𝗮𝗿𝗮

Capitulo 6.

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Mi hermano y yo colocábamos las cosas de las hamburguesas en la mesa del jardín mientras papá preparaba el asador. Mamá se encontraba en la cocina preparando el pan con la mayonesa, excepto la mía.
Después del partido de americano de Aarón y para festejar que el equipo había ganado se haría una pequeña reunión en nuestra casa a petición de mi padre.
La música resonaba desde la bocina y las conversaciones de los miembros del equipo sobre su desempeño se escuchaban por todas partes.

La convivencia era bastante agradable y estoy segura que esto le ayudaría al equipo para hacer más grupo entre ellos.
En este tipo de reuniones pasaba más tiempo con mi mamá y el resto de señoras del equipo que alababan a sus hijos por ser grandes jugadores y personas, ya saben, cada mamá defendiendo a su hijo del porque era lo máximo.
Hubiera invitado a Karla pero se encontraba en la playa con su papá y no me llevo muy bien que digamos con las chicas que vienen por parte del equipo, muchas animadoras o hermanas de otros jugadores.
Son menores que yo y se sienten la gran cosa, por esa razón es que choco mucho con ellas.

Me encontraba sentada cerca de la puerta del jardín mirando mi celular que para variar no había nada interesante. No sé si les pasa que cuando más aburrida estás menos contendido del que te gusta encuentras. Es como si los algoritmos de las aplicaciones se pusieran de acuerdo para obligarte a convivir.

— Regi, cariño. — me llamó mi mamá. Alcé la vista. — ¿Podrías ir a ver quién toca? Por favor.

Asentí. Me levanté de mi asiento dejando el plato de mi hamburguesa a la que solo le había dado dos mordidas sobre la silla.
Abrí la puerta llevándome una sorpresa enorme. Me alarmé porque mi hermano podría pasar en cualquier momento y no quería que lo viera. Tomé su mano y salí de casa alejándonos de la puerta.

— ¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre venir?. — le reclamé sin alzar tanto la voz. — Tienes suerte que me hayan mandado a mi y no haya sido mi hermano quien abriera la puerta.

— ¿Y qué hay de malo en qué conozca a tu hermano?. Tenemos una relación después de todo.

— Relación falsa, Emilio. — corregí. — ¿Por qué viniste a mi casa?. — volví a preguntarle.

— Pasaba por aquí y pensé que sería bueno ir a dar una vuelta, está vez a un lugar que si conozcamos.

Aunque su plan sonaba tentador porque si estaba aburrida, no podía salir con Emilio así nada más. Mis papás y Aarón harían preguntas y lo último que quiero es un interrogatorio de su parte.

— Mal momento. Estoy ocupada, tenemos visitas y no me...

— Regina ¿Todo en orden?. — me hele al escuchar la voz de mi mamá detrás de mi.
Giré sobre mis talones para mirarla.

— Si, si, todo bien mamá.

— ¿Quién es él?. — se refirió a Emilio. Yo no sabía que responder pero el chico junto a mi me ganó la palabra.

— Hola, qué tal señora. Soy Emilio. — le extendió su mano. — Soy amigo... De Regina.

— Supongo que del gimnasio. — dijo mi madre a lo que Emilio asintió dándole la razón. — Es un placer.

— Lo mismo digo señora.

— No me digas señora, llámame Ana. — pidió mi mamá. No entendía que rayos estaba pasando. — Lamento el ruido pero tenemos a un equipo de americano festejando en el jardín.

Y no mentía. La música había subido sus decibeles acompañados de los gritos de los muchachos.

— ¿Quieres quedarte?. — preguntó mi mamá.