ONE SHOTS ❪ scaloneta ❫

02 ❪ julián álvarez ❫

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La música (malísima porque estaban haciendo karaoke) inundaba mis oídos y retumbaba por todos lados. Yo me movía al compás de esta junto con alguien desconocido más fiero que la mierda; ya lo había dejado como tres veces y siempre volvía.

Miré a la persona que estaba haciendo karaoke y contuve una carcajada.

Era Julián Álvarez.

Mi amiguito Juli.

—Aquella feroz sección de testosteronas en que las hormonas formaron parte del bello arte del beso al cuello le puso el sello que aquella noche después del coche todo iba a ser fenomenl —cantó casi sin respirar y todos aplaudieron y silbaron. Yo incluida.

Nunca había visto a Julián tan suelto, según él era tímido. Se ve que estaba medio pasado de copitas. Re chupado el pobre.

Me alejé de nuevo del negro villero que me estaba siguiendo y fui al lado del escenario, justo bajaba julián. Cuando me vio me sonrió como si estuviera en un cumple y yo lo abracé.

—Tanto tiempo —le grité para que me escuchara.

—Bien —gritó Juli y me le cagué de risa, él también se rió.

Estaba re ido el pobre.

—Como que te pusiste medio en pedo.

—Sí —se rió otra vez.

—Pobre ángel —murmuré más para mí—. Vení —lo agarré de la mano y, pasando entre toda la gente, lo saqué del boliche—. ¿Ahora sí me escuchas?

Tardó en responder, y me di cuenta que hice mal en sacarlo afuera. Había un poco de viento porque estábamos en otoño, y el hecho de que él estuviera en pedo, le hizo muy mal.

Una correntada de aire sopló y Julián quedó duro. Vi como empezó a tener nauseas y en menos de dos segundos ya estaba doblado, vomitando en el piso.

Hice una mueca de asco y le sobé la espalda. Cuando terminó de vomitar hice que se enderezara y le toqué el cachete en un acto de cariño.

—Vení, Juli, vamos a mi casa así te recompones un poco.

Sin decir nada me siguió.

Fuimos caminando ya que mi casa quedaba nomás a tres cuadras del boliche. Era un departamento en realidad, mis papás me pagaban parte del alquiler por el hecho de que yo estaba estudiando en la universidad y no vivíamos ahí.

Abrí la puerta e hice que Juli entrara. Tenía una cara de feliz cumpleaños impresionante. Daba tanta ternura, parecía un nene chiquito.

Lo acompañé al baño para que se enjuagara la boca y para que se diera una ducha.

Estaba a punto de salir para que se desnudara y se metiera a bañar, pero me agarró de la muñeca.

—Quédate —me dijo con esa carita que me re podía.

—Pero... Te tenés que sacar la ropa.

—¿Y? —sonrió y me tironeó para que me acercara a él. Quedamos re cerca-. Como si no quisieras verme en bolas.

Alcé las cejas, sorprendida.

Andaba re loco el Juli.

—Julián estás re chupado —me reí e hice el amague de irme, pero me volvió a agarrar y esta vez me pegó más a su cuerpo.

—La concha te quiero chupar —y me chantó un beso.

Quedé media boluda, analizando lo que me había dicho, pero le seguí el beso; porque bueno, es Julián Álvarez. ¿Quién chota le niega un beso al Juli?

Bajó las manos que tenía en mi cintura y me apretó el orto; eso hizo que me pegara más a él y sintiera su pija en mi abdomen, solté un jadeo y Julián se rió bajito.

Sus labios eran muy suaves y besaba tan bien el hijo de puta. Nos re comimos. Fue el chape de mi vida. No me quería separar, pero fue inevitable cuando el ni lento ni perezoso de Julián me metió mano por debajo de la pollera y me tocó la cuca por encima de la tanga; gemí apenas.

Como había dicho antes de que me diera el beso, me estampó contra la pared y me bajó la pollera junto con la ropa interior. Se arrodilló y, mirándome a los ojos, me agarró una pierna para ponerla en su hombro y después pasar su lengua por toda mi intimidad.

Gemí de nuevo, pero esta vez dije su nombre y eso provocó que me apretara el muslo.

Siguió chupandome toda la cajeta mientras que yo le tiraba el pelo. Se levantó y puso su mano en mi cuello, ejerciendo un poco de presión.

—Estás tan buena, hija de mil puta —me mordí el labio inferior y volví a darle un beso, pero él me separó en seguida—. Vamos a tu pieza, dale.

Aún estando yo en pelotas, fuimos a mi pieza y Julián se sentó en la orilla de la cama. Me atrajo hacia él de nuevo e hizo que me sentara a horcajadas sobre él, podía sentir toda su pija dura justo en mi intimidad.

Me moví para presionarme más contra él y soltó un gruñido. Volví a hacerlo. Puso sus manos en mi orto y guió mis movimientos. Los dos gemíamos por la sensación que nos producía la fricción.

De repente, lo empujé para que se acostara en la cama y yo me levanté de encima de él.

Me saqué el top como pude. Quién mierda me mandaba a ponerme un corsé que me estrujaba hasta el alma. Respiré con cansancio cuando me lo pude sacar y volví a sentarme arriba de Julián.

Pero la calentura se me fue en seguida cuando vi que se había dormido. Lo miré con cara de "¿Sos joda?" y me empecé a reír yo sola.

Que hijo de puta este pibe.

Me levanté y me cambié para ya no andar en bolas, si total no iba a pasar más nada. Tristemente.

Agarré a Juli y como pude lo acomodé bien en la cama para después acostarme justo al lado de él. Lo abracé y dejé un piquito sobre sus labios.

Algún día me lo iba a garchar a este pibe. Algún día.

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