one shots de algunos de los integrantes de la scaloneta (selección argentina)
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jugadores:
davo xeneize (especial)
neymar jr (especial)
enzo fernández
leandro paredes
dibu martinez
julián álvarez
lionel messi
paulo dybala
gonzalo montiel
rodrigo...
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—Dale, boluda, por fa —me rogó mi amiga Marti—. Nunca te jodo para nada —mintió descaradamente y yo entrecerré los ojos.
—No seas mentirosa, conchuda, te va a crecer la nariz. Me estás jodiendo siempre pidiéndome favores, y todos los cumplo, ¿pero esto? Estás re loca si pensas que voy a ir a una cita a ciegas. Encima, no sé cómo concha se te ocurrió esto. No estamos en Estados Unidos, gorda —le reproché.
Ella se mandaba las cagadas y yo tenía que arreglarlas.
—Por fa, Lucía, haceme la segunda. Hoy quedé con Mati, no le puedo decir que no, y quedé con el random ese también y me da cosa decirle que no puedo ir.
La miré aún más indignada.
—¿Te vas a ver con Matías? —elevé el tono de voz y ella cerró los ojos, se le había escapado información de más—. Pero vos sos re pelotuda, Martina. Te hizo cornuda hasta con la de la verdulería y ahí vas vos y caes de nuevo. No te la puedo creer —me pasé la mano por la cara, frustrada.
No entendía. A veces me hacía sacar canas verdes esta chica, encima yo la tenía que ver llorando por horas y horas.
—Me dijo que iba a cambiar...
Me reí.
—Siempre te dice lo mismo.
—Pero yo sé que esta vez es verdad —hizo una pausa—. Por fa, amiga —me hizo un puchero y yo me rendí.
Suspiré antes de asentir.
—Sí, ya fue, total no tengo nada para hacer.
Marti me abrazó y besó mi mejilla exageradamente.
—Bueno, según las descripciones que él me dio es morocho, medio alto y es un turro. Fue lo único que me dijo. Ah, y quedamos en la plaza esa que está cerca del coso ese... —empezó a chasquear con los dedos, tratando de que le saliera la palabra—. El coso ese, ¿cómo se llamaba? El coso de plantas.
—¿El vivero?
—¡Eso! Bueno, en esa plaza a las siete de la tarde.
Miré la hora y abrí los ojos.
—Culiada, son las cinco y media, no llego —y casi corriendo me metí al baño para bañarme—. ¡Tráeme un toallón!
[...]
Siete menos veinte de la tarde, ya estaba saliendo del departamento para dirigirme a la plaza. Me vestí con un short de jean negro, unas converse botitas del mismo color y un top blanco básico. Bastante simple.
Mientras caminaba, pensaba en qué mierda podía decirle para sacar tema de conversación. No era un misterio que yo era bastante retraída, me costaba mucho hablar con gente desconocida.
