Hinata x Kageyama (omegaverse)-Más que compañeros

Llamada

(Narrador: Kageyama)

Al día siguiente fueron como siempre a entrenar al gimnasio. Justo después de calentar...

Administrador del Karasuno: Lo primero: ¿qué le pasa a Hinata? No está...

Kageyama: Esta mañana tampoco ha venido a clases pero no sé qué le pasa.

Administrador del Karasuno: Vale... Y lo segundo, he quedado con el Nekoma para dentro de 10 días para un partido amistoso.

Nishinoya: ¡Bien!

Tanaka: ¿Qué pasa, Noya? Es raro verte tan emocionado...

Nishinoya: Es la oportunidad perfecta para el plan.

Entrenador del Karasuno: Hoy nos centraremos en la recepción. Quiero una fila.

Todos: Sí.

...

Entrenador del Karasuno: Buen entrenamiento. Recogedlo todo y estirad.

...

Cuando acabamos cogí mis cosas y me fui. Me paré en la puerta a mirar mi móvil. Sabía que Hinata no faltaría al entrenamiento por nada, su cuerpo tiene que impedírselo.

Busqué su contacto. Nunca lo había llamado, pero quería saber cómo estaba. No no no, iba a quedar muy raro. Tampoco somos tan amigos, solo entrenamos juntos. Aunque yo sí que lo considero un amigo, y creo que él también.

Sin querer le di al botón de llamar. Tardó unos segundos en contestar.

Hinata (congestionado): ¿Hola?

Kageyama: Hola, Hinata.

Hinata: ¡Kageyama!

Kageyama: ¿Qué te ha pasado?

Hinata: He cogido la gripe. Lo he buscado y dura entre 4 y 6 días. No voy a poder ir al colegio ni a entrenar.

Kageyama: Vamos a jugar un partido contra el Nekoma en 10 días.

Hinata: ¡Qué bien! Entonces ya podré jugar, aunque voy a perderme mucho estos días.

Kageyama: Tú tómate un descanso y así irás mejor al partido.

Hinata:-ríe-Me alegro de que llames. No sabía que te importara.

Kageyama:-se sonroja-E-Era solo para contarte eso y los pro-profesores y en-tre-nadores me preguntaron por ti.

Se volvió a reír.

Kageyama: Bueno, pues te dejo descansar. Ya nos veremos.

Hinata: Sí. Gracias por llamar. Adiós.

Kageyama: Adiós.

Colgué la llamada. Oír su voz y su risa me recordaba muchas cosas de él. Su constancia, su alegría, su energía... Se le notaba en la voz y en su respiración que estaba enfermo.

Le sonreí a mi móvil antes de emprender el camino de vuelta a mi casa.