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(Narrador: Kageyama)

Pasaron 3 días desde que Hinata comenzó con la gripe. Con suerte mañana estaría mejor.

Lo llamaba todas las tardes al terminar los entrenamientos. Me agradaba oírlo, no quiero admitirlo, pero lo echaba de menos.

Este día era el cuarto que no venía. Cuando salí del gimnasio saqué mi teléfono y lo llamé.

Empezó a sonar el teléfono. Esta vez lo cogió casi instantáneamente.

Hinata: Kageyama, ¿qué tal hoy?

Kageyama: Bien, pero solo hemos reforzado los remates y la colocación.

Hinata: Y me lo he perdido...

Kageyama: ¿Y tú cómo vas?

Hinata: Estoy mejor. Ya tengo fuerzas para moverme por mi casa, pero no mucho. Mi madre sigue sin dejarme ir a entrenar, pero pasado mañana puedo ir al colegio con mascarilla.

Kageyama: Oye, ¿te importa... si voy... a verte? Ahora, me refiero...

Hinata: ¡No, para nada, encantado! Te mando mi dirección.

Kageyama: Perfecto, pues voy. Hasta ahora.

Hinata: Adiós.

Me colgó y me mandó dónde estaba su casa. Sabía que él solía venir en bicicleta, andando estaba como a 20 minutos.

Cuando llegué...

Tocó al timbre.

Me abrió una señora que parecía ser su madre.

Kageyama: Hola, soy un compañero de Hinata en voleibol. Encantado.

La madre de Hinata: ¡Un amiguito de Shoyo! Qué educado eres. Pasa, pasa.

Kageyama: Gracias.

La madre de Hinata: Está en la habitación del fondo a la izquierda.

Kageyama: Gracias.

Toqué tres veces a la puerta.

Hinata: ¡Pasa!

Entré en su habitación. No estaba totalmente ordenada, de hecho había unas cuantas cosas por el suelo. También había una montaña de pañuelos usados que se desmoronaba al poner otro.

Vi que su nariz estaba roja de limpiarse tanto.

Hinata: Gracias por venir. Y también por estar tan pendiente de mí.

Kageyama: No es nada.

Me senté en su cama, al lado suyo.

Estuvimos hablando y el tiempo se pasó volando. Era reconfortante estar y hablar con él en persona. Cuando me di cuenta de la hora ya eran las ocho.

Kageyama: Lo siento, pero ya es de noche y debería irme ya a casa.

Hinata: Claro. Ha sido genial que vinieras.

Kageyama: Ya nos veremos en el entrenamiento y en clase. Ponte bien pronto, eh.

Hinata:-ríe-Sí, te lo prometo.

Kageyama: Adiós.

Hinata: Adiós.

Me dirigí a la puerta de la casa.

Kageyama:-reverencia

La madre de Hinata: Puedes volver cuando quiera, seguro que Shoyo estará encantado.

Kageyama: Muchas gracias. Buenas noches.

Ya me fui a mi casa. Mi madre me preguntó un montón de cosas sobre dónde había estado o qué había hecho, yo le mentí diciéndole que el entrenamiento se había prolongado y cosas así.

Hinata x Kageyama (omegaverse)-Más que compañerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora